Los Mossos propinaron al menos cinco golpes en la cabeza a Juan Andrés Benítez, el vecino del Raval fallecido el pasado 6 de octubre, mientras la víctima se encontraba inmovilizada en el suelo. Esa es una de las principales conclusiones de la investigación que se está realizando sobre la polémica intervención de la policía catalana.

Según las pesquisas preliminares fue el propio detenido el que llamó a la Guardia Urbana poco después de las diez y media de la noche de los hechos, por lo que los Mossos no fueron los que separaron a la víctima del presunto ladrón que, en palabras de Benítez, había entrado a su casa a robarle "todo".

El agente que propinó puñetazos en la cabeza de la víctima había hecho uso de la defensa para dispersar a los curiosos que se agolpaban alrededor y, posteriormente, golpeó la defensa contra el suelo en un acto caratrerístico para cerrarla, según fuentes de la investigación. Posteriormente, se dirigió a donde se encontraba el detenido, y le golpeó con los puños mientras este se encontraba completamente inmovilizado.