Dieciséis meses era mucho tiempo de espera y Juan Manuel Fernández Montoya, Farruquito, celebró ayer en Sevilla su boda con Rosario Alcántara, Chari, su novia de toda la vida, ante la imagen que venera, el Cristo de los Gitanos. Fue una boda por todo lo alto en la que no faltó de nada, ni el desfile de coches de lujo (limusinas con champán para trasladar a parte de los 2.000 invitados) ni la juntaora traída de Madrid para certificar, a eso de las dos de la madrugada, la virginidad de la novia.

Posiblemente fue la boda que habría tenido si no se hubiese visto obligado a aplazarla a causa del juicio por atropello mortal y que, a estas horas, continúa aún celebrándose en el rancho El Rocío de los hermanos Peralta. La fiesta flamenca seguirá --entre potajes gitanos para reponer fuerzas y comida y bebida a granel-- hasta el martes, momento en que el artista y su ya esposa harán las maletas para ir de gira a Suramérica.

PUESTOS AMBULANTES Desde primeras horas de la tarde, la puerta de la Capilla de los Gitanos fue llenándose de invitados cargados de regalos (como unas zapatillas de metacrilato con plumas de color rosa), de periodistas y de curiosos (incluido un puesto ambulante de chucherías y una lotera, deseosos de hacer su agosto) hacinados en balcones y calles aledañas para ver algún famoso. Tuvieron que contentarse con la familia Amaya (incluida Raquel Boyo, la ex de Chiquetete), las bailaoras Juana la del Revuelo y Manuela Carrasco y el músico Manuel Molina. Ya comenzada la ceremonia llegó un desconocido, que por el pelo rubio platino era Antonio Canales, que, ante la imposibilidad de entrar, se refugió en un coche.

Los más conocidos evitaron la aglomeración de la puerta y ser relacionados como íntimos de Farruquito, por lo que la mayoría, como el torero Rafael de Paula, los hermanos Carmona (Ketama), Rafael Amargo y, según se rumoreaba, la duquesa de Alba, fueron directamente al banquete. Poco después de las ocho de la tarde y a bordo de un coche de caballos que atravesó media ciudad, llegó el bailaor acompañado por Pilar Montoya, madrina del enlace.

Vestidos ambos de blanco (él con un traje adamascado, chorreras y el pelo suelto), y entre decenas de seguidores llegados de toda Andalucía que no paraban de corear su nombre, esperaron la llegada de la novia. Diez minutos después apareció junto al padrino, Farruco, hermano menor del bailaor, y su suegra. Con la mandíbula temblando y paralizado por la emoción, Farruquito sólo pudo articular un "qué guapa" mientras los amigos cantaban antes de entrar.

GUSTAVO, ´BOY SCOUT´ El rey Carlos Gustavo de Suecia ofreció ayer una imagen nada habitual al atarse al cuello el fular de los boy scouts para visitar su cuartel general en Essex (Inglaterra). El soberano apuró una semana en la que la prensa sueca le ha colgado tres amantes, un kit incómodo.