La investigación en torno al párroco de Borja, Florencio Garcés, persigue averiguar dónde están los más de 185.000 euros, que el sacerdote podría haberse apropiado de forma indebida, así como de verificar de dónde procede el dinero que estaba ingresado en unas "cuentas bancarias de la Parroquia".

Se presume que los fondos provienen de "donaciones, herencias y dinero" que manejaba la parroquia "se supone que libremente", aunque "se va a trabajar en contrastarlo", ha explicado hoy en Zaragoza, en declaraciones a los periodistas, el teniente de la Guardia Civil de Tarazona, Carlos Banda.

No se descarta "absolutamente" ninguna hipótesis de dónde puede proceder este dinero, ya que se está investigando todo, ha dicho.

Con ello, el agente tampoco ha descartado que el dinero provenga de la recaudación obtenida por las visitas al cuadro del Eccehomo, la obra que retocó una pintora local y que adquirió fama internacional; si bien tanto el abogado de la Defensa del Párroco, como la Fundación Sancti Spiritus, que gestiona la iglesia donde está la obra, desvinculan totalmente un asunto de otro.

Es más, el patronato de esta fundación, integrado por la corporación municipal de Borja, emitió un comunicado nada más salir a la luz los hechos, en el que se desvincula totalmente de este tema y advierte de que se tomarán medidas legales contra el que una un tema con otro.

Por otro lado, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Tarazona, a petición de la Fiscalía, ha solicitado nuevas diligencias en torno a esta operación, que se llama "Espino", por si "pudieran existir víctimas o posibles imputados", ha dicho.

La investigación se inició a raíz de dos denuncias que presentó el propio sacerdote una el pasado mayo y otra en noviembre; y continúa "abierta", ha dicho el teniente que precisamente ha recibido hoy un reconocimiento en Zaragoza en el acto celebrado para conmemorar el 35 aniversario de la Constitución.

El párroco ingresó anoche en prisión provisional, en Zuera, tras mantener un careo en el Juzgado con los otros cinco detenidos, todos ellos de Borja.

Estos últimos han quedado en libertad con cargos, y con la obligación de personarse ante el juez cada quince días.

La prisión provisional fue dictada por la juez después de que el fiscal valorara los supuestos que contempla la ley para ello: el de riesgo de fuga del territorio nacional, que el imputado se deshaga de las pruebas, o que la libertad del imputado pueda suponer un problema en la investigación.

Tras valorar estos parámetros, el juez, a petición del fiscal, optó por enviar al párroco a prisión.

Los otros cinco detenidos de una misma familia en esta misma operación, llamada "Espino", han quedado en libertad aunque con cargos.

El teniente ha explicado que la investigación "ha sido muy larga, exhaustiva y minuciosa".

Ha descartado que esté implicado en el delito contra la libertad sexual de menor alguno.