"Como no se ha avanzado nada, seguiremos en la calle y con los escraches". Con este mensaje de ánimo y protesta más de un centenar de personas, convocadas por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), abandonaron la concentración realizada mientras se aprobaba la reforma hipotecaria en el Congreso de los Diputados. Pero la protesta no se hizo a la puerta de la institución (lugar en el que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, invitó a la PAH a molestarla tras denunciar el escrache que sufrió en su casa) sino casi en la fuente de Neptuno, a unos 300 metros de la entrada principal flanqueada por los famosos leones. Además, fueron separados por un cordón policial y un despliegue de agentes que superaba en número a los manifestantes y que rodeó todo el perímetro del edificio e interpuso varias filas de vallas.

"No nos dejan pasar para no poner en peligro la seguridad del Congreso, porque dicen que somos violentos", aseguraba Víctor, un manifestante indignado. No era el único. La mayoría, airada, coreó gritos contra la banca y el PP como "¡Hay solución, los banqueros a prisión¡" y "¡No son gaviotas, son unos buitres!". Pero también contra el PSOE, porque para algunos no ha hecho nada y está ahora aprovechando la situación porque le puede reportar un buen puñado de votos. No en vano "¡Queremos un chalé como el de ZP!" fue un cántico, quizá por su fácil rima, muy coreado. Aunque menos que el "¡Sí se puede!", el eslógan por excelencia del movimiento.

Minuto de silencio

En el momento de la votación, todos se pusieron de espaldas y guardaron un minuto de silencio. "Nos la han tumbado. Del todo, del todo. Es una vergüenza", se decían unos a otros. Antes y después del momento esperado, varios afectados fueron desgranando en una asamblea a micrófono abierto sus casos. "Pierdes tu casa y el dinero que has dado, aunque hayas pagado más del 60% de la vivienda, y encima tienes que pagar las costas judiciales", clamaba Isabel, en paro como su marido y con una hija de seis años.

La dominicana María Morán contaba entre lágrimas que ha logrado de momento parar su desahucio, pero teme que el banco les quite el piso a sus avalistas. "El Gobierno no reconoce la dación en pago, va contra el pueblo. ¿Hasta dónde quieren llegar", se preguntaba rodeada de cámaras y carteles como Ni olvidamos ni perdonamos, La ILP no se negocia o Somos obreros, no gilipollas.

Los afectados recibieron la visita y el apoyo del coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara. "Esta estafa, la mayor cometida en democracia, sí que supone una mala imagen para la marca España. Demuestra que el Gobierno está al servicio de la banca", proclamo el líder de IU.

Decenas de transeúntes, turistas o ciudadanos de camino o de vuelta al trabajo se detenían para mostrarles su apoyo. La PAH, explicó Chema Ruiz, uno de sus portavoces, no piensa ceder. Hoy fijarán futuras actuaciones en la calle y frente a las casas o lugares de trabajo de los diputados. Algunos afectados reiteraron que van a seguir luchando hasta que se les oiga y "el tiempo que haga falta". Alberto, uno de los organizadores, exhibía este cartel: "Dormiré en tu puerta si me quitas la casa".