El equipo de investigadores liderado por Craig Venter, uno de los padres del genoma humano, ha vuelto a dar un revolucionario paso en la investigación genética que abre caminos hasta ahora cerrados en medio ambiente y medicina. A partir de genes sintéticos disponibles en el mercado y en sólo 14 días, los científicos del Instituto para Alternativas de Energía Biológica (IBEA, en inglés) han reproducido el virus Phix-174, un bacteriófago que ataca y destruye bacterias sin afectar células de seres humanos, animales o plantas.

El laboratorio estadounidense, con sede en Rockville (Maryland), ha utilizado una adaptación de la técnica que se emplea habitualmente para decodificar el ADN con fines médicos o de investigación criminal. Esa nueva técnica adaptada (bautizada como ciclo de ensamblaje de polimerasas) permitirá crear organismos capaces de sobrevivir en medios extremos de polución.

UN GRAN AVANCE "El potencial de esta investigación para revolucionar nuestro futuro es enorme", declaró ayer el secretario de Energía de Estados Unidos, Spencer Abraham, que ofreció una rueda de prensa junto a Venter para explicar el resultado de la investigación, que será publicado por la Academia de Ciencias estadounidense. Aunque el ADN del virus sintéticamente reproducido sólo contiene 5.386 pares de bases, según Abraham la nueva técnica acerca "el objetivo de crear microbios que sean entre cien y mil veces más grandes" que el Phi-X174.

"Con este avance es más fácil imaginar en un futuro no muy lejano una colonia de microbios especialmente diseñados para vivir en el sistema de control de emisiones en una fábrica que funciona con carbón, que devorarían su polución y su dióxido de carbono, o emplear microbios para reducir drásticamente la polución del agua o los efectos tóxicos de los desechos nucleares", dijo Abraham, que en abril aprobó una subvención de 7,7 millones de euros (1.291 millones de pesetas) en tres años para el proyecto de Venter.

En septiembre del año pasado el proyecto ya había recibido otra subvención de 2,58 millones de euros del Gobierno.

Aunque la reproducción sintética planteaba ciertas dudas éticas y políticas, los investigadores de IBEA han escogido precisamente un virus sin riesgos para el ser humano.