Lo difícil no es llegar, sino mantenerse. El turismo, un sector clave para la economía española (tanto en ingresos como en empleo), y que el año pasado batió el récord absoluto de llegada de viajeros con un total de 81,8 millones, ve este verano cómo la recuperación de otros destinos está causando un descenso de las visitas de extranjeros y de los viajes interiores. La caída preocupa al sector, que debe afrontar un cambio de tendencia y quizá de modelo. Sin embargo, no todo es negativo, pues se está logrando aumentar el gasto por persona, otro importante indicador de esta industria.

El estancamiento o descenso del número de visitantes no ha sorprendido al sector. De hecho, el lobi Exceltur ya avisó de este cambio de tendencia. «El comportamiento reciente de la demanda turística desde nuestros principales mercados emisores (Reino Unido, Alemania y Francia) a Turquía y Egipto en los primeros cinco meses del 2018 sugiere que la recuperación de la cuota de mercado perdida en estos destinos por la inestabilidad geopolítica en los últimos años seguirá restando dinamismo a los flujos turísticos hacia España en los meses de verano», avisó en sus perspectivas turísticas.

«Parte del crecimiento de los últimos años del turismo en España se han debido a la inestabilidad geopolítica de competidores directos como Turquía, Egipto y otros países del norte de África. Cuando estos se han recuperado, la guerra de precios se ha perdido, algo que por cierto no significa que sea malo. En cualquier caso, esto afecta a las llegadas y las pernoctaciones, y es normal, sobre todo porque venimos de un ejercicio récord como fue el año pasado», señala Jordi Ficapal, director académico de la Facultad de Turismo y Dirección Hotelera Sant Ignasi (Universitad Ramon Llull).

La inestabilidad política en esos destinos alejó de ellos a muchos turoperadores y turistas autónomos, que optaron por venir a España. Ahora, sin embargo, esos destinos se están recuperando a un ritmo endiablado: en junio, el número de viajeros a Turquía aumentó el 29,2%; en Egipto creció alrededor del 40%; y a Grecia llegaron el 14,6% más de turistas. En Túnez, el aumento fue del 22% hasta mayo. En España, mientras tanto, la subida fue de solo el 1,3%, según cifras del INE.

PERNOCTACIONES / Los datos más recientes de pernoctaciones en establecimientos (hoteleros o extrahoteleros) en España confirman la tendencia a la baja. En julio, las pernoctaciones cayeron en todo el país el 2,76% (en Extremadura, en cambio, la evolución ese mes fue positiva, con un crecimiento del 4,8%). El descenso fue tanto de los ciudadanos residentes (una bajada del 1,26%) como de los extranjeros (un descenso del 2,09%). «Hay que añadir otro factor, el hecho de que estamos en plena recuperación económica. Eso significa que la gente tiene más dinero para viajar, y que por tanto muchos, en vez de hacer un viaje a la costa más cercana, este año optan por otros países. Lo mismo pasa con los extranjeros: en lugar de repetir en la costa española, ¿por qué no viajar a Asia?», señala Ficapal.

El descenso del turismo afecta a casi todos los tipos de alojamientos. Según los datos del INE correspondientes al mes de julio, las pernoctaciones en apartamentos cayeron el 7,6%; en cámpings, el 0,5%; las casas rurales se mantuvieron; los albergues subieron el 6,7%, y los hoteles bajaron el 2,8%. Todos las tipologías de establecimientos han subido precios este año, según el INE.

Otros datos, como el récord de viajeros del aeropuerto de Barcelona-El Prat, apuntan además a más variables que pueden explicar la caída de las pernoctaciones. «Hay datos que hay que tener en cuenta, como que circulan por España 150.000 autocaravanas —el 350% más que hace cinco años—, los apartamentos turísticos no reglados, los cruceros...», remarca el experto.

Con el estancamiento o la caída, pese a todo, desde el sector hay acuerdo en que el dato importante es el gasto de los turistas. Y, en este caso, sigue aumentando: el desembolso medio por viajero se situó en 1.100 euros en junio en España, con un aumento anual del 3,2%.