El intento de suicidio de una joven rumana mediante la ingesta masiva de lejía y su posterior denuncia ha permitido a la Policía Nacional desarticular una red de explotación sexual que operaba en Denia y Valencia, y liberar a ocho mujeres, dos de las cuales son menores de edad.

Según informaron fuentes del Cuerpo Nacional de Policía, las mujeres, una de las cuales tenía 15 años y otra no alcanzaba la mayoría de edad, recibían palizas de sus raptores mediante latigazos con un cable, puñetazos y patadas.

Esta crueldad tenía como objetivo la entrega del dinero obtenido por las mujeres mediante el ejercicio de la prostitución, el cual era remitido todas las semanas a Rumanía y con destino a los organizadores de este grupo, seis de los cuales han sido detenidos en la localidad alicantina.

La operación policial, denominada Sancho Panza , se inició a raíz del intento de suicidio de una joven rumana mediante la ingesta masiva de lejía, lo que hizo sospechar a la Policía Nacional de que detrás de este hecho podría existir un entramado delictivo dedicado a la prostitución.