El huracán Ingrid azotó la costa atlántica de México al mismo tiempo que la tormenta tropical Manuel golpeaba la costa del Pacífico. Cuando ya se contaban medio centenar de muertos a su lento paso, la confluencia de los dos ciclones causó ayer lluvias torrenciales en la mayor parte del país, con más inundaciones, riadas, desbordamientos de presas, aludes de lodo, carreteras y comunicaciones destrozadas, e innumerables pueblos aislados. Las autoridades señalaron que el momento era "histórico y muy complejo y difícil".

Hace más de medio siglo, cuando los ciclones no tenían nombre (se empezaron a bautizar en 1979), que no se registraba en México el embate simultáneo de dos fuertes meteoros. Los gobernadores estatales pedían ayer "paciencia" a casi un millón y medio de damnificados que solicitaban ayuda desde sus aldeas destruidas o inundadas. Solo tres de los 32 estados se libraban de los vientos y las lluvias fuertes o torrenciales. Las autoridades federales advirtieron anoche: !Los estragos se verán en las próximos horas".

En Guerrero, especialmente golpeado por Manuel , 50 municipios contaban 23 muertos y necesitaban apoyo, al mismo tiempo que 40.000 visitantes permanecían varados en el turístico Acapulco, con el aeropuerto inundado y rocas y tierra sobre la autopista del Sol, que lo une a la capital del país. El lunes, el presidente, Enrique Peña, interrumpió la celebración de la fiesta nacional de la independencia para sobrevolar la zona.

Los aludes de barro y piedras provocaron la mayor parte de las víctimas, diseminadas por media docena de estados. Solo en Veracruz, las fuertes lluvias de Ingrid , que frente a la costa veracruzana pasó de tormenta tropical a huracán, ocasionaron 80 desgajamientos de cerros --conocidos en México como deslaves-- que cubrieron carreteras y caminos rurales. En dos de ellos quedaron sepultados un autobús y varias viviendas. En esa misma zona montañosa de Altotonga murieron una semana antes 14 aldeanos y hace tres semanas otros 13 por tormentas.

Mientras millares de indígenas pedían aún ayuda desde las costas de Chiapas y Oaxaca, las primeras a las que afectó Manuel para dejar varios muertos, los remanentes de ese ciclón frente a Nayarit, mucho más al norte, y los restos del huracán Ingrid sobre Tamaulipas, San Luis Potosí y Nuevo León provocaron también lluvias torrenciales e inundaciones, riadas y aludes en el interior del país. Unos 30.000 damnificados durmieron ayer en improvisados albergues mientras los meteorólogos aún preveían más tormentas.