Una de las cosas que mejor caracteriza a Tom Cruise al mando de la serie cinematográfica de Misión: Imposible es su buen gusto y criterio para escoger a las directores. La primera tuvo tras la cámara a un inspiradísimo Brian De Palma. La segunda encontró en John Woo al mejor director posible para orquestar como coreografías musicales sus notables escenas de acción. La tercera recayó en J.J. Abrams, que trasladó algunas de las soluciones narrativas y expresivas de sus teleseries Alias y Perdidos a las andanzas del agente Ethan Hunt. Para la cuarta, Misión: Imposible 4. Protocolo fantasma, Cruise se ha agenciado los servicios de Brad Bird, artífice de algunas de las mejores películas de animación de los últimos años: El gigante de hierro, Los increíbles y Ratatouille. Misión: Imposible 4 es la primera película con actores de carne y hueso e imagen real rodada por Bird.

El protocolo fantasma al que alude el título es una especie de cortina de humo destinada a proteger a Hunt y los nuevos miembros de su grupo en una nueva aventura, ni más ni menos que esclarecer un atentado con bomba en el Kremlin. De nuevo la rivalidad/cordialidad entre las dos potencias como telón de fondo del cine de espías, aunque concebido a la manera entre activa y atormentada con la que Cruise ha construido su interesante obra como actor y productor en los últimos años (con mediocres excepciones como Noche y día).

¿Quién puede hacer competencia al filme del trío Cruise-Hunt-Bird este fin de semana en la cartelera de estrenos? Posiblemente otra película estadounidense que mira hacía el pasado, Perros de paja, nueva versión de la historia de tensa violencia tratada por Sam Peckinpah en el filme del mismo título de 1971. También entra con fuerza, con varios premios de prestigio a cuestas, la producción francesa The artist, evocación de los tiempos traumáticos en los que el cine de Hollywood pasó del mudo al sonoro. La iconoclasta Miranda July plantea en su última película/performance, El futuro, una reflexión sobre la crisis de identidad y la crisis afectiva a partir de la historia, realista y surrealista a partes iguales, de una pareja que decide adoptar un gato.

La ración de cine animado queda cubierta con la tercera entrega de otra franquicia de éxito, la de Alvin y las ardillas. Y la cuota del cine español se salda con Bellos suicidios y Maktub.