El Ministerio de Economía y Hacienda está "vigilante" ante la bajada de precios decretada por las dos grandes multinacionales del tabaco. Si el consumo de cigarrillos no desciende y la industria continúa bajando el coste, el Gobierno responderá con una nueva subida de impuestos, que se añadirá a la que ya realizó el pasado 20 de enero. "Tenemos mucho margen para aumentar la presión fiscal hasta equiparar las cifras con la media europea", destacaron ayer fuentes de Hacienda.

¿Hasta donde podría llegar el aumento de la presión fiscal? "Hasta donde haga falta", respondieron ayer fuentes del departamento que dirige Pedro Solbes. Fuentes del Ministerio de Hacienda insistieron en que su objetivo es "reforzar la ley antitabaco" y reducir los adictos.

La Unión de Consumidores de España (UCE) calificó, por su parte, de "escandalosa" la bajada de precios de las cajetillas anunciada por Altadis y aplaudió una hipotética subida de impuestos.

La Federación de Consumidores en Acción (Facua) pidió que el aumento de la recaudación vía impuestos se destine a la investigación y financiación de tratamientos contra el cáncer y otras enfermedades derivadas del tabaco.

Las tabacaleras consideran que, a pesar de las restricciones impuestas por la normativa, el consumo aumentará siempre y cuando el precio sea atractivo para el usuario. Sin embargo, Hacienda lo tiene claro y no le temblará la mano a la hora de subir otra vez la fiscalidad. "Tenemos posibilidad de hacerlo porque España es el país europeo que menos euros cobra en impuestos por cada cajetilla de tabaco", recordó un portavoz.

De los 92,5 euros que cuestan 1.000 cigarrillos en España, 72,7 correspoden a impuestos. La cifra es baja comparada con los 156,9 euros de Alemania.