Las políticas de austeridad marcan desde hace años que parecen siglos las vidas de muchos europeos, y no faltan voces que adviertan de que el elegido es un camino erróneo que no lleva a ninguna parte. Intermón Oxfam denunció ayer cuáles pueden ser los efectos de la contención actual del gasto, de la política de recortes. Según la oenegé, en el 2025 habrá 25 millones más de pobres en Europa si se mantienen los criterios de austeridad por parte de las administraciones públicas. De cumplirse este pronóstico, los europeos que vivirían en riesgo de pobreza sumarían 146 millones (en el 2011 eran unos 120 millones, más de la tercera vez de la población total). La entidad calcula que volver a la situación del 2008 requerirá entre 10 y 25 años.

Presentó ayer un informe titulado La trampa de la austeridad en el que advierte de que el modelo europeo de bienestar está en peligro desde hace tiempo. Primero, por la desigualdad creciente, y a partir del inicio de la crisis por "unas políticas de austeridad mal planteadas". Según Oxfam, estas políticas amenazan con debilitar las conquistas sociales, dividir socialmente a los países y perpetuar la pobreza una generación entera.

Oxfam combate la idea de que la austeridad ayuda a reducir la deuda. Por ejemplo, aludiendo al rescate de las entidades financieras que, subraya el informe, ha incrementado la deuda de los países miembros de la UE. "La experiencia del Reino Unido, España, Portugal y Grecia muestra que a mayor austeridad mayor nivel de endeudamiento. La apuesta por reducir la deuda por encima de todo ha obviado el hecho de que es posible crecer incluso con niveles de endeudamiento relativamente altos", sostiene el informe, que precisa que las políticas de austeridad han supuesto "fiscalidad regresiva y corta de miras así como un drástico recorte del gasto, especialmente en servicios públicos como la educación, la sanidad y la seguridad social".