Rosario Porto presuntamente trasladó el cadáver de su hija Asunta en el maletero de su Mercedes desde la casa familiar de Teo hasta la pista forestal de Feros, en Cacheiras, donde fue localizado la madrugada de hace dos domingos por un par de jóvenes. La policía judicial de la Guardia Civil de A Coruña inspeccionó el vehículo de la madre tras la detención de la mujer y ya tiene en su poder evidencias de que la niña, que ayer habría cumplido 13 años, fue trasladada en ese maletero.

La autopsia ha revelado que la pequeña presentaba, además de las marcas en muñecas y tobillos de haber sido atada antes de fallecer, arañazos y magulladuras en la parte trasera de las piernas compatibles con haber sido agarrada por los hombros y arrastrada hasta el punto del camino en el que fue depositada.

CUERPO RECOSTADO A los investigadores que acudieron a la pista forestal de Feros, en la provincia de A Coruña, al levantamiento del cadáver no les pasó por alto la situación del cuerpo. Asunta llevaba el chándal y la camiseta bien puestos. Y el asesino la había recostado sobre un talud de tierra, de lado, con las manos unidas y el pelo retirado de la cara. Como si se hubieran entretenido en arreglarla y acomodarla.

El juez José Antonio Vázquez Taín reunió ayer en su despacho al fiscal Jorge Fernández de Aránguiz y a los guardias civiles al frente de una investigación que "será muy larga, porque faltan muchas cosas por ver y analizar todavía", según indicaron fuentes de la misma.

El magistrado está a la espera de recibir todavía varios resultados de análisis toxicológicos. Uno de los más importantes es el del cabello de la menor que se está analizando en el Instituto de Medicina Legal de Madrid. Allí se determinará si a la niña se le proporcionaron medicinas, de qué tipo, en qué cantidad y durante cuánto tiempo.

Mientras tanto, casi medio centenar de guardias civiles se dedican exclusivamente a examinar las cintas de vídeo de las cámaras de seguridad que van llegando a la comandancia del día del crimen. Alfonso Basterra, el padre, declaró ante el juez que estuvo solo toda la tarde en casa, después de haber cocinado para su exesposa y su hija en su casa, según adelantó el lunes El Correo Gallego. De momento, nada ni nadie ha desmontado esa coartada. Nadie lo vio salir de casa y no aparece, por el momento, en ninguna imagen.