Amélie Van Esbeen, la anciana belga de 93 años que inició a mediados de marzo una huelga de hambre para pedir que le fuese aplicada la eutanasia --pese a no padecer una "afección incurable grave" ni sufrir dolores "constantes, insoportables y que no podían ser calmados", como requiere la legislación federal vigente--, falleció ayer, según anunció su nieto. El portavoz familiar afirmó desconocer la causa de la muerte.

Poco antes de iniciar la huelga de hambre, y ante la imposibilidad de que se le administrara ningún tratamiento final, Van Esbeen --que tenía una hija, nueve nietos y ocho bisnietos-- escribió: "Mi vida está terminada. La única cosa que podría hacerme feliz es la muerte". Además, la nonagenaria aseguraba que sus últimos días se habían convertido en insoportables a causa de una serie de enfermedades propias de la vejez. Asimismo, expresó su rechazo a ser reanimada, transferida a un hospital o alimentada a través de una sonda. Antes ya había intentado, con poco éxito, cortarse las venas con un cuchillo de cocina.

AMPLIACION DE DERECHOS Sus últimos días los dedicó a reclamar la ampliación de los derechos previstos en la legislación sobre la eutanasia a las personas que se encuentren en una situación similar a la suya. No en vano, el caso ha vuelto a reabrir el debate en Bélgica sobre el alcance y la aplicación práctica de la ley sobre la materia, del 2002. El presidente de la comisión sobre la aplicación de la eutanasia, Win Distelmans, declaró que los supuestos previstos en la norma deberían ampliarse para que pudieran acogerse a ella personas como Van Esbeen. Los liberales flamencos se mostraron contrarios a modificar la legislación actual, porque se puede interpretar que la ley ya autoriza la eutanasia cuando se produce una combinación de enfermedades de la vejez que causen un sufrimiento insoportable. Sin embargo, el partido democristiano (mayoritario en Flandes) argumentó que el caso de Van Esbeen demuestra que la legislación actual "presenta numerosas lagunas" y abogó por limitar la eutanasia a casos extremos y "sin salida".