Los ministros de Interior de la Unión Europea (UE) expresaron ayer su disposición a ayudar a Malta a afrontar la avalancha de inmigrantes irregulares en el Mediterráneo central, pero rechazaron la propuesta del Gobierno maltés de repartir entre los distintos países europeos los sin papeles rescatados en las aguas próximas a su costa. Esa medida generaría un efecto llamada, ya que transmitiría el mensaje de que los irregulares acabarían siendo acogidos en los distintos países comunitarios, según destacaron entre otros España y Francia.

"El principio de responsabilidad europea compartida no debe perjudicar la política esencial contra la inmigración ilegal de que los irregulares que lleguen a un país europeo deben saber que no podrán quedarse y serán repatriados. Esta es la única forma de frenar el fenómeno y debilitar a las mafias de la inmigración ilegal", destacó el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Los Veintisiete acordaron comenzar a discutir a partir de la semana próxima cómo se puede ayudar a Malta y cuáles son las responsabilidades de cada uno.