La directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, sorprendió ayer a científicos y gobernantes al anunciar que se mantiene activa la situación de alerta pandémica por el virus de la gripe A. Sus máximos expertos, integrantes del comité de emergencias de la OMS, le habían aconsejado desactivar el nivel 6 de alerta gripal dada la ausencia de epidemia en prácticamente todo el mundo desde hace más de tres meses.

Chan se remitió, no obstante, a algunos puntos de Africa donde, al parecer, todavía se detectan esporádicas infecciones para, incomprensiblemente, mantener activado el recurso más estratégico de que dispone el organismo para aunar acciones y coordinar medidas excepcionales. La OMS pierde así la oportunidad de cerrar un episodio que le ha procurado numerosas críticas, tanto por la desproporción de las alarmas lanzadas ante una epidemia inusualmente leve como por las presiones dirigidas a la adquisición masiva de fármacos antivirales y vacunas. Chan remitió a sus expertos a participar en una nueva reunión, que está previsto que se celebre el próximo 10 de julio, en la que revisará la situación pandémica.

MANTENER LA DUDA Aunque hace ya tiempo que los hospitales españoles prescinden del estado de pandemia gripal y mantienen una actividad completamente normalizada, el mantenimiento de la alerta máxima por parte de la OMS fue muy cuestionado ayer.

Los propios asesores de Chan le expresaron su opinión unánime contraria a tal medida. En algunos foros científicos, la posición de la directora general de la OMS fue interpretada como el último intento por mantener la duda sobre la potencial peligrosidad del virus H1N1. Ese supuesto riesgo de rebrote infeccioso es, de hecho, el argumento empleado por la doctora Chan para defender su decisión.

Con esta medida, el organismo sanitario pone en peligro su credibilidad futura. Desoyendo la petición unánime de la comunidad científica, la OMS ya desestimó impulsar una investigación independiente que analizara el episodio gripal, y tampoco practicó ningún tipo de autocrítica sobre lo ocurrido.

En la misma línea, los Gobiernos de EEUU y de la Unión Europea han defendido la compra millonaria de unas vacunas que la población finalmente ha rechazado de forma masiva. La forma idónea de pasar página en esta larga temporada gripal podía haber sido, en definitiva, la desactivación de la alerta por pandemia y el regreso a la fase 1 de control gripal. Chan deberá explicar en algún momento los motivos de su decisión.

El virus AH1N1 se descubrió en abril del 2009 en norteamérica y fue declarado el 11 de junio de ese año como la primera pandemia del siglo XXI por su rápida propagación y por miedo, ya que era un virus desconocido y con posibilidades de mutar.