El 74% de las parejas que se sometieron a tratamientos de fertilidad in vitro permitirían que los embriones sobrantes fueran empleados para la investigación con fines terapéuticos o reproductivos, tal como reclama buena parte de la comunidad científica. Incluso el 53% de los padres aceptaría la destrucción.

Estas opiniones forman parte de un estudio realizado por la doctora Montserrat Boada, del Instituto Dexeus de Barcelona. La investigación fue presentado ayer en el Congreso de la Sociedad Europea de Reproducción Humana que reúne en Madrid a 5.000 especialistas. Resultados similares se han obtenido en encuestas de otros países europeos.

Según Boada, los padres que aceptan donar los embriones para la investigación consideran que éstos no tienen la categoría de personas. A juicio de la investigadora, en los últimos años se ha registrado un cambio social importante en esta materia. Ha sido promovido por la divulgación de que las células madre embrionarias pueden ser muy importantes en la futura medicina regenerativa para la cura de males como la diabetes o el Alzheimer, y para la mejora de las técnicas de reproducción asistida.

"La opinión de los padres debe ser tenida en cuenta a la hora de reformar la ley de reproducción asistida, de 1988. Hay que revisarla para resolver el constante aumento de embriones congelados en España", defendió Boada. Las dos opciones que permite la ley --transferencia a la propia donante y la donación a terceros-- no les dan salida.

La investigación del Instituto Dexeus ha sido realizada durante un año entre 448 parejas, dueñas de la quinta parte de los 10.000 embriones que se conservan en el centro.

A la espera del censo que ha proyectado Sanidad, las clínicas que realizan estos tratamientos calculan que en España hay congelados en tanques de nitrógeno líquido unos 100.000 embriones.