Unos 1.000 cadáveres de víctimas del terremoto y el tsunami no pueden ser rescatados en la zona de evacuación de 20 kilómetros alrededor de la central de Fukushima por el temor a los efectos de la radiación, informaron fuentes de la policía. En esta provincia, una de las más castigadas por el desastre, solo se han podido confirmar 1.049 muertos, mientras que otras 4.798 personas siguen desaparecidas. Además, los cadáveres sometidos a altos niveles de radiación no pueden ser incinerados, como es costumbre en Japón, porque pueden liberar gases radiactivos. Tampoco se considera seguro enterrarlos, porque pueden contaminar el suelo.