Dos de los cuatro imputados mayores de edad por la desaparición y el presunto asesinato de Marta del Castillo comparecieron ante el juez ayer, martes. El primero en hacerlo fue el asesino confeso, Miguel Carcaño, quien identificó en una fotografía al tío de Samuel, cuyo coche pudo haberse empleado para hacer desaparecer el cuerpo. Posteriormente le siguió el propio Samuel. Este negó rotundamente que participase en los hechos y en la desaparición de la joven alegando que se encontraba en Montequinto junto a su novia. Sin embargo, el juez de caso denegó la petición de libertad solicitada por el letrado de este último imputado.

Miguel Carcaño llegó desde la cárcel hasta los Juzgados del Prado, donde se sentó ante el juez instructor del caso, Francisco de Asís Molina. A este imputado se le mostró un álbum con fotografías de personas del entorno familiar de Samuel Benítez. Esta diligencia se practicó después de que el pasado mes de septiembre Carcaño asegurara que fue Samuel el que se deshizo del cadáver de la joven, utilizando el coche de un tío suyo.

Entonces, según fuentes del caso, en apenas 10 minutos Miguel C. reconoció al citado tío al que se refería en su última versión de los hechos. No obstante, este reconocimiento no se hizo "con certeza", ya que, según puso de manifiesto el joven, cuando lo conoció llevaba la cabeza rapada mientras que en las fotos aparece con pelo.

Tras la comparecencia de Miguel C., fue Samuel Benítez el que entró en el despacho del juez para ampliar su declaración. Esta ampliación fue solicitada en su día por su abogado, Manuel Caballero, después de que en su última versión Miguel acusara a su cliente de haber organizado el traslado del cadáver.

Samuel desmintió la última versión de los hechos ofrecida por Carcaño. Señaló que no estuvo en el piso de León XIII y que no participó en la desaparición del cuerpo y que, por tanto, tampoco empleó el coche de ningún familiar para hacer desaparecer el cuerpo. Por el contrario, aseguró que en la noche de los hechos estaba con su novia.