La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat, considera que «quizá haya que plantearse algún tipo de sanción económica» para aquellos padres que hayan recibido un aviso para asistir a un curso de sensibilización tras haberse emborrachado su hijo y no quieran acudir.

En un entrevista publicada por Abc, Montserrat explica que este tipo de multas serían para padres con hijos reincidentes en el consumo de alcohol que tengan ese comportamiento «irresponsable» de no querer asistir a esos cursos. Esta medida ya se contemplaba de alguna forma en el último borrador de una norma integral para regular el consumo de alcohol, venta y publicidad durante la etapa de la ministra Ana Mato, en el que se hablaba también de multas a los menores que serían abonadas por los padres en caso de insolvencia o con trabajos a la comunidad.

En su opinión, sin prohibiciones ni sanciones es difícil que una norma se cumpla. «Hemos de concienciar a la sociedad», asegura la ministra, quien defiende que si alguien ve a un menor beber en una plaza llame a la policía. «No se va a detener a nadie, aunque si da positivo se llamará a los padres o tutores para informarles de que su hijo está bebiendo», explica Montserrat.

OBLIGACIÓN PATERNA / La ministra corroboró ayer sus intenciones sancionadoras en declaraciones a los medios tras visitar la residencia Sant Crist de Igualada (Osona), donde recordó: «Si a un chaval le pillan cinco o seis veces y no ha ido a los cursos de sensibilización, nos tendremos que plantear que si no va a estos cursos, a lo mejor [los padres] tienen que pagar una sanción», según la ministra, ya que a su juicio tienen «la obligación de enviar a su hijo a esos cursos».

Los especialistas en el control de la dependencia alcohólica discrepan de que la sanción a las familias sea una medida prioritaria para afrontar el creciente consumo en los menores españoles. «Antes de sancionar a los padres, se deberían exigir responsabilidades a la industria, a los publicistas y a los expertos en márketing que hacen promoción de las bebidas alcohólicas en ámbitos en que participan los menores -afirma Antoni Gual, director de la unidad de alcohología en el Hospital Clínic, de Barcelona, y asesor de la Generalitat sobre esta dependencia-. Es prioritario controlar la publicidad del alcohol en entornos deportivos».

Los menores, añaden los expertos, beben alcohol porque lo compran en comercios que, de forma ilegal, se lo venden. Y previamente se han interesado por la bebida a través de los anuncios.