Un terremoto de magnitud 6,4 golpeó ayer la turística isla indonesia de Lombok, en el este del archipiélago, donde al menos 14 personas perdieron la vida y 162 resultaron heridas, según los últimos recuentos. El movimiento telúrico, de unos diez segundos de duración, sorprendió durmiendo a muchos, que tuvieron que abandonar sus hogares con rapidez ante el temor de derrumbes de las casas y edificios. Más de 6.200 familias se han visto afectadas, según el último balance de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNPB) de Indonesia.

Las autoridades informaron de la necesidad de personal y equipo médico, camillas y comida, mientras que agencias como la Cruz Roja ya se pusieron en marcha para enviar mantas, lonas impermeables, sacos de dormir y paquetes de ayuda para las familias afectadas. No obstante, el portavoz de la BNPB, Sutopo Purwo Nugroho, explicó que a pesar del derrumbe de un centenar de edificios, las infraestructuras de la isla, como el sistema eléctrico, de telecomunicaciones y carreteras, continúan operativas.

Sutopo indicó además que el acceso al volcán en activo Rinjani, una de las atracciones turísticas de Lombok, ha sido cerrado debido a avalanchas de tierra y ha obligado a la evacuación de 826 montañistas, entre nacionales y extranjeros. Por ahora, todas las víctimas mortales son nacionales excepto una mujer malasia de 30 años, que falleció al derrumbarse el edificio donde se alojaba y que tenía previsto ascender el volcán. Varios turistas españoles se encontraban en Lombok y en las adyacentes islas Gili, a unos 45 kilómetros del epicentro, donde también se notó el temblor. El español Daniel Civantos dijo a Efe que algunas estructuras sufrieron daños leves.