Ayer se vivió en Badajoz una tarde de las que crean afición. Al final fue una explosión de júbilo la que se vivió cuando los seis jóvenes toreros fueron sacados a hombros. Eran los chavales de la Escuela de Tauromaquia quienes habían sido protagonistas porque habían dado una gran tarde de toros. Se había lidiado una gran novillada sin picadores de Píriz, que echó un encierro en el que los seis novillos embistieron, y varios lo hicieron con bravura y clase. Carlos María tuvo el novillo más complicado de la tarde. Tenía un punto de genio y no fue fácil. Pero el torero supo que al de Píriz había que hacerle las cosas por abajo. Firme en el sitio supo ligarle las tandas. Estuvo bien.

Ojala sea Joaquín Ribeiro la figura que necesita Portugal. Tuvo un gran novillo y respondió con una gran faena. Colocado en el sitio, destacaba en el joven diestro lo bien que llevaba al novillo por abajo hasta el final.

Rafael Cerro ya es una gran esperanza del toreo extremeño. Tiene valor y personalidad. Maneja muy bien el capote a la verónica y el quite por chicuelitas fue muy bueno. La esencia de su toreo es que lleva al novillo por abajo, quieto y haciendo un toreo delicado. A José Manuel Garrido le correspondió también un novillo muy bravo. Es un torero con un buen concepto. Su verónica brota mecida y cadenciosa, y trata de correr la mano por abajo. Con su novillo logró tandas más aplaudidas. Rubén Lobato admira, y se ve, a Antonio Ferrera, a quien brindó su novillo. Banderillea bien y además de torear bien con el capote, le hizo una faena entonada en diversas fases.

Posada de Maravillas tuvo también un excelente burel al que toreó muy bien a la verónica para cuajarle una faena de entidad.