Estos dos vecinos del barrio de La Viña ven desde hace unos meses cómo la reconstrucción de sus hogares se está convirtiendo en una realidad. Antonio Correas, guardia civil jubilado de 79 años, y su mujer, Isabel Navarro, de 76, vivían en el edificio Grial y esperan volver a él en el 2014. "Nos fuimos con mi nieto después del terremoto y ya no pudimos volver a entrar, porque el edificio se desplomó entero sobre la iglesia", recuerda Antonio. Juan Javier García es vecino del edificio Nuevos Aprendices, también en reconstrucción. Desde el seísmo, viven de alquiler.

Antonio tiene dificultades para pagarlo, pese a que en enero del 2012 la Comunidad de Murcia le aprobó una ayuda de 12.000 euros: "Aún no los he visto. De vez en cuando pido ayuda a la mesa solidaria para hacer frente al alquiler, porque no tengo suficiente".

Además, afrontará otra situación de apuro económico porque su vivienda, de 150 m2, le costará 128.710 euros. El consorcio de seguros le dio 120.000: "Les he reclamado la diferencia y me han contestado que me darán los 8.000, pero no se sabe cuándo".

Antonio tiene muchas ganas de volver a su barrio. "Pero no sé si podré, porque si no me ayudan para comprar los enseres, no creo que pueda pagarlos. No pude rescatar nada entre los escombros, tan solo una chaqueta y cuatro cosas rotas", explica.

A Juan Javier el alquiler de la vivienda se lo cubre el seguro, pero solo por dos años. "A partir de mayo y hasta dentro de 16 meses, cuando acaben las obras, no sé si lo tendré que pagar yo o me concederán la ayuda que pedí en su día", dice.