La operadora de la maltrecha central de Fukushima Daiichi, TEPCO, epicentro de la crisis nuclear en Japón, aseguró hoy a Efe que "en ningún momento" pensaron en abandonar la central. La eléctrica salió de este modo al paso de las declaraciones del ex primer ministro nipón, Naoto Kan, que en el diario Asahi Shimbun dejó entrever que TEPCO planeaba dejar Fukushima ante la gravedad de la situación. "No vamos a opinar sobre las declaraciones de Kan, pero no íbamos a dejar Fukushima en ningún momento, y no hay ningún hecho que lo constate", aseguró un portavoz de la operadora a Efe. Durante los días posteriores al inicio de la crisis del 11 de marzo, "dejamos hasta 70 trabajadores en la planta, el mínimo" para poner en marcha las medidas necesarias para controlar la situación mientras que el resto de trabajadores esperaba en las zonas cercanas, añadió.

El portavoz de Tokyo Electric Power (TEPCO), concluyó recordando que la operadora "continúa trabajando para solucionar la situación en la central" y, de este modo, concluir la crisis nuclear en enero de 2012. En la entrevista del diario, Naoto Kan, que dimitió hace apenas una semana presionado por su gestión de la crisis tras el 11 de marzo, afirmó que en la madrugada del 15 de marzo el, por entonces, ministro de Industria, Banri Kaieda, le llamó para decirle que TEPCO planeaba abandonar la planta. Kan aseguró que de haber dejado la planta desatendida, "todo podría haberse fundido (en el núcleo de los reactores) y las consecuencias podrían haber ido mucho más allá de las de Chernobil".

En la extensa entrevista, Kan dio analizó los problemas que se encontró días después de la tragedia de marzo y achacó a TEPCO la omisión de información importante sobre el desarrollo de la crisis nuclear. Kan confesó que viajó a Fukushima el 12 de marzo, un día después de la tragedia, porque sentía la necesidad de hablar directamente con los responsables de la planta ya que las comunicaciones no eran las adecuadas. Kan también quiso puntualizar en la entrevista que en ningún momento pensó que la zona este de Japón, la más afectada por la tragedia del 11 de marzo, podría quedar destruida.

"No hice tal observación, pero tenía que contar con todas las posibilidades. Si la zona de evacuación la hubiéramos ampliado a 100 kilómetros, 200 o 300, incluyendo toda la región de Kanto (centro), hubiera obligado a evacuar a 30 millones de personas, comprometiendo la existencia de la nación japonesa", dijo. El accidente nuclear de Fukushima, aún abierto, le hizo cambiar de opinión sobre la energía nuclear, ya que "si existen riesgos de accidentes que podrían hacer inhabitable la mitad de nuestro país,es un lujo que no podemos correr, incluso si solamente tuviéramos esos riesgos una vez cada siglo", concluyó.