Mientras el grueso de los aeropuertos españoles de la red pública gestionada por Aena hacen números para intentar cuadrar las cuentas por el brutal descenso del tráfico comercial, en la plataforma aeroportuaria de Teruel (Plata) se frotan las manos porque pocas veces han tenido tanto trasiego de aviones.

El recinto, un consorcio gestionado por el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Teruel, presume de ser la mayor plataforma de estacionamiento, mantenimiento y reciclado de aeronaves de Europa. Y estos días alberga 90 aviones, entre ellos dos unidades del mayor aparato del mundo, el Airbus A-380.

Su modelo de negocio es precisamente la concesión de espacios y servicios de mantenimiento para empresas aeroespaciales, porque no es lo mismo dejar el coche en un párking durante meses que hacerlo en un taller donde además se encargan de mantenerlo y dejarlo a punto para volver a la actividad, o incluso reciclarlo para desguace.

Las mismas condiciones que han hecho de Teruel el emblema de la España vaciada son las que ponen en valor estas instalaciones. Por un lado, sus grandes dimensiones, ya que el recinto tiene capacidad para albergar 400 aviones. Por otro, un escaso tráfico aéreo que facilita las llegadas de los mastodónticos A-380.

Además, unas buenas condiciones meteorológicas permiten la conservación de los aparatos. Pero su gran baza, coinciden fuentes del sector, es el coste de dejar los aparatos allí mucho tiempo sin actividad. Algunas de las decenas de empresas asentadas en este recinto han revertido los ertes iniciados con la pandemia por el gran volumen de trabajo que tienen.