Unos 218 millones de niños tienen que trabajar en lugar de jugar o aprender, según las cifras que ayer dio a conocer la OIT (Organización Internacional del Trabajo) con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil. Es una cifra escandalosa, pero no tanto como la que en el 2000 barajaba la misma organización y cifraba a los niños trabajadores en 250 millones. Juan F. Hunt, director en España de la OIT, explicó ayer que hay países como Brasil o México que están haciendo verdaderos esfuerzos para acabar con esta lacra y logran resultados positivos.

La tasa de trabajo infantil en Suramérica ha bajado del 16,1% al 5%, afirmó Hunt. "Esto demuestra --remarcó-- que es posible acabar con la explotación laboral de los niños". La OIT no tiene a España entre los países en los que se da este abuso. "Pueden darse casos, pero son absolutamente localizados" y tienen remedio a través de la Inspección de Trabajo, dijo el director.

No obstante, la portavoz de Save the Children, Pepa Horno, advirtió de que tanto en España como en toda la Unión Europea hay redes de trata de personas que se dedican a la explotación sexual y laboral y también trabajan con menores, si bien las cifras no alcanzan el nivel escandaloso de otras zonas del planeta. En Sri Lanka se calcula que hay unos 40.000 niños que ejercen la prostitución y otros 100.000 que trabajan como ayudantes domésticos, según datos de la OIT y de Unicef. Se trata de una prostitución de la que se aprovechan mayoritariamente los turistas procedentes de países ricos.

El mayor número de menores trabajadores se concentra en la zona sur de Asia y Pacífico, América Latina y Africa subsahariana. "En total --dijo Horno--, en tres cuartas partes del mundo hay niños que trabajan para sobrevivir, sometidos a explotación, con horarios abusivos, condenados al maltrato y al abuso, y sin derechos, porque en realidad, no existen como mano de obra".