Con el plan de 500 nuevos radares no basta. La Dirección General de Tráfico (DGT) está desarrollando un nuevo sistema de control de velocidad por tramos basado en algo tan simple como calcular el tiempo medio de recorrido entre dos puntos. Ahora está en fase de pruebas, pendiente del estudio sobre su viabilidad jurídica, pero el director general, Pere Navarro, está convencido de que se trata de un sistema "más justo, más barato y más eficaz" que los radares.

El mecanismo es muy elemental. Sobre cada uno de los carriles de una autovía o autopista se colocan cámaras fotográficas equipadas con un sistema de reconocimiento de matrícula y un reloj. El dispositivo está conectado a un programa informático situado en el centro de gestión de tráfico que calcula el tiempo de recorrido de cada vehículo y la velocidad media empleada.

"Si la media supera el límite permitido, sabemos que el vehículo en cuestión ha infringido la ley como mínimo en algún punto de ese tramo y debe ser sancionado", explicó Jesús Díez de Ulzurrun, subdirector general de gestión de tráfico y alma mater del proyecto.

MAS JUSTO Tráfico considera más justo el nuevo método porque al medir la media no sanciona al conductor que en un momento de despiste o apuro aprieta el gas sino al que supera el límite durante bastantes kilómetros. Los tramos oscilarían entre los 8 y los 12 kilómetros de longitud. Más largos serían poco eficaces. "El tramo no debe tener entradas o salidas, pendientes o curvas pronunciadas, ni cambios en los límites de velocidad porque se desvirtuaría el cálculo", argumenta Díez.

También se cree más eficaz porque obliga a los conductores a levantar el pie del acelerador durante más kilómetros que con los radares y eso es, al fin y al cabo, lo que se pretende. Los tramos se señalizarían y el conductor sabría que si llega a su destino antes de lo que la ley le permite no tendrá escapatoria.

El desarrollo técnico no presenta ningún problema. Está en pruebas desde hace cuatro meses en un tramo de 12,110 kilómetros en la entrada de Madrid por la A-1 y "está perfectamente ajustado". Las cámaras reconocen alrededor del 85% de las matrículas y en cuanto éstos pasan bajo el segundo pórtico calcula la media en segundos.

El sistema no es la panacea. En las carreteras convencionales no puede aplicarse, pero para las vías desdobladas resulta mucho más barato. "Si instalar un radar cuesta unos 100.000 euros, el nuevo sistema cuesta unos 25.000 por tramo. Es decir, el 25%", explica Díez.