Con un simple raspado del interior de la mejilla, usted puede conocer su linaje genético o, en otras palabras, cuál es el origen de su estirpe. Con ello, además, proporcionará fondos para construir el árbol genealógico de la humanidad. Este es el objetivo del Proyecto Genográfico , una iniciativa emprendida en el 2005 por el genetista demográfico Spencer Wells y que cuenta con la National Geographic Society y la corporación IBM como socios. Con motivo de la versión española de su página web y de su lote para obtener muestras, el proyecto abre sus puertas a los países hispanoparlantes. Ayer, Jaume Bertranpetit y David Comas, sus responsables europeos e investigadores de la Universitat Pompeu Fabra, protagonizaron en la misma universidad el acto de presentación del proyecto en España.

El Proyecto Genográfico pretende trazar los flujos migratorios de la humanidad desde que los primeros Homo sapiens abandonaron el continente africano, hace unos 60.000 años. "La humanidad tiene un origen africano, como ya se había demostrado anteriormente", explica Bertranpetit. "El Proyecto Genográfico implica hacer este estudio pero con detalles mucho más finos, desde la cuna africana hasta la diversificación actual". Para ello, comparan una serie de secuencias de ADN mitocondrial y del cromosoma Y, denominadas marcadores genéticos, características de los distintos grupos.

EUROPEOS ABURRIDOS Aunque los resultados en Europa son aún preliminares, Bertranpetit y Comas afirman que "el origen de los europeos se remonta unos 40.000 años". "Los europeos somos muy aburridos", afirma Comas, refiriéndose a la poca variabilidad genética de sus poblaciones. Por el contrario, la diversidad en Africa es mayor, ya que la humanidad habita ese continente desde mucho antes y ello ha permitido más cambios en sus genes.

En comparación con el resto de Europa, en la Península Ibérica hay una relativa diversidad causada por una leve influencia de las poblaciones del norte de Africa. Para los autores, "España y Portugal no se distinguen genéticamente". Pero sí encuentran ligeras diferencias con la población vasca.

Comas comenta que "poblaciones que han sufrido un cierto aislamiento geográfico como los vascos, los sardos o los lapones, muestran algo más de diversidad en sus marcadores genéticos".

El Proyecto Genográfico se divide en dos partes. Además del árbol genealógico de la humanidad, ofrece a quien lo desee la posibilidad de conocer su propia estirpe genética, es decir, saber con qué poblaciones comparte uno más o menos genes. "Cada participante puede ver cuál es su posición dentro del cuadro genético", aclara Comas.

PARTICIPACION Quien quiera participar puede pedir un kit para tomar sus propias muestras. El lote se solicita en la página web del proyecto (www.nationalgeographic.com.es/genographic.htm) y cuesta 63,95 euros más gastos de envío. Basta con raspar ligeramente el epitelio bucal y seguir las sencillas instrucciones adjuntas, y en unas ocho semanas, los participantes pueden consultar los resultados en internet, los cuales son personales y confidenciales.

El dinero recaudado sirve para financiar el proyecto y también se invierte en un fondo con el fin de apoyar y revitalizar las culturas indígenas y de pueblos autóctonos.

La proyecto participativo está claramente diferenciado de la investigación poblacional. Hasta la fecha, unas 250.000 personas de todo el mundo ya han conocido su linaje. Pero para la investigación, los expertos seleccionan a personas representativas de todos los grupos del mundo. Actualmente, ya han obtenido muestras de unas 100.000 personas de todo el mundo.