Las obras de renovación del graderío de la ima cavea del teatro romano, que comenzaron a mediados del pasado mes de abril, no estarán finalizadas para la próxima edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, que comenzará el 27 de junio. Así lo avanzó ayer la consejera de Cultura e Igualdad, Leire Iglesias, durante su visita al monumento acompañada del director general de Bibliotecas, Museos y Patrimonio Cultural, Francisco Pérez Urbán; el director del Consorcio de la Ciudad Monumental, Félix Palma, y la gerente del organismo, Carmen Trejo, así como el administrador de la empresa adjudicataría Resgal, Antonio Garcia.

«Parece que todo va bien, pero a un ritmo más lento de lo que nos gustaría, ya que se han ido haciendo modificaciones sobre la previsión inicial de la estructura», explicó Iglesias. Por ello, las obras se paralizarán durante los meses estivales y se reanudarán cuando finalicen los conciertos del Stone&Music Festival.

«Es una de las actuaciones de mayor importancia que se están llevando a cabo», señaló Iglesias, quien precisó que en esta actuación no se dañarán los elementos originales y se realiza, además, conviviendo con el uso de este monumento. Cabe recordar que las obras se adjudicaron a Resgal por un importe de 189.738 euros (IVA incluido), y consistirán en la mejora de parte del graderío que se instaló hace más de 30 años y que, como consecuencia de su uso y de su exposición a las inclemencias meteorológicas, ha sufrido el deterioro del paso del tiempo.

La responsable de Cultura destacó que por el momento no se conoce el impacto visual que tendrá el nuevo graderío del teatro porque todavía no se ha decidido cómo será el recubrimiento de poliéster. Según recoge Efe, Iglesias advirtió que la imagen que se vea originalmente «no será la que quede, porque pasados unos años el uso y el desgaste hace que cambien los colores».

Por su parte, García explicó que lo más urgente de la intervención es la estructura del graderío, que está «muy deteriorada y totalmente oxidada». Además, a diferencia de la estructura actual, la nueva es «mucho más fuerte y sólida», con mejoras como la recubrición de poliéster más gruesa, que cuenta con una lámina para amortiguar el sonido.

En concreto, esta intervención de mejora se centrará en consolidar y proteger las improntas del graderío que se encuentren en mal estado, así como en la sustitución del graderío mediante una demolición total de la estructura y del material de acabado de poliéster existente.