La ansiada tregua en la guerra por los derechos televisivos de la Liga, que enfrenta a Sogecable (accionista mayoritario de Audiovisual Sport) y Mediapro, no acaba de cuajar. La reunión que pidió TV-3 (accionista minoritario de AVS), para que el consejo de esta empresa buscase una salida pactada al conflicto, se aplazó ayer. En principio, la reunión debe celebrarse la próxima semana, pero el presidente de AVS (y consejero delegado de Sogecable), Javier Díez de Polanco, no ha fijado fecha y hora.

En la Corporación Catalana de Radio y Televisión, que apoya una salida pactada en esta guerra, no quisieron ayer comentar las razones del aplazamiento, que lo único que provoca es mantener un poco más la incertidumbre en la retransmisión de los partidos de Liga.

Pero esta incertidumbre puede acabar mañana viernes. La Liga de Fútbol Profesional (LFP), harta ya de esta situación que lo único que hace es dañar su imagen, celebra una asamblea extraordinaria para "adoptar medidas". La intención de la LFP es salvaguardar la correcta transmisión de los campeonatos y para ello, y como organizadora de la competición, se haría cargo de "la regulación de la producción de la señal, la aplicación estricta de los horarios oficiales y cuantas otras medidas sean necesarias para la explotación racional de los partidos".

Aunque la posición de la LFP es contundente, la realidad es que, al menos para la próxima jornada, los emparejamientos de los equipos hacen que el choque de intereses entre Mediapro y Sogecable sea mínimo. Así, en principio, el sábado se emitirá, en abierto y a las diez, el Athletic-Zaragoza (ambos clubs son de Mediapro), que emitirán La Sexta y las autonómicas, mientras que el domingo solo se ofrecería en Canal+ el Osasuna-Barça (ambos de AVS), a las nueve. El resto se comercializarían por el sistema de pago por visión.