El pasado mes de mayo, el insigne doctor Derek Gatherer, experto en genética molecular, miembro del Departamento de Virología de la Universidad de Glasgow y colaborador en el Programa de Modelaje Molecular de la Royal Society of Chemistry de Inglaterra (dedicada a las simulaciones biomoleculares de gran escala), publicó un sesudo estudio que pasó desapercibido para el común de los mortales, pero provocó un pequeño seísmo en el seno de la Unión Europea de Radiodifusión (UER). Gatherer demostró con pelos y señales la teoría de la relatividad eurovisiva. O sea, por qué TVE no ganará nunca el Festival de Eurovisión. Esta decepción ya estaba asumida con la experimentación de campo: son decenas de ediciones del festival en las que el infalible José Luis Uribarri predecía quién votaría a quién. Pero la praxis necesitaba cuerpo teórico, que es lo que aportó Gatherer en su estudio, que apareció en la revista científica Journal of Artificial Societies and Social Simulation .

Según su trabajo, basado en las últimas 25 ediciones, las votaciones del certamen presentan "patrones de alianzas de votación colusiva por países". Esto provoca que unos tengan más opciones de ganar que otros. El quid está en el concepto colusión , que la RAE define como pacto ilícito en daño de terceros, y que Gatherer aplica a esa simpatía sociocultural que hace que países vecinos se voten entre sí. El primer caso de voto colusivo llegó con la escandimafia (Dinamarca, Noruega, Finlandia... son una piña). Pero todo el festival ya es una gran colusión: el bloque balcánico (Turquía, Bosnia-Herzegovina, Croacia...), el pacto de Varsovia (Rumanía, Polonia, Ucrania...), Benelux (Bélgica y Holanda) y el Eje Pirenaico (España, Portugal y Andorra). Así, para el científico, de las colusiones con más países saldrán siempre los ganadores del certamen, al margen de su calidad artística y musical.

Algo se debió oler la RAI italiana, cuna de la canción melódica, que desde 1990 no participa en Eurovisión. Y ahora ha sido la ORF de Austria la que renuncia. "No es un programa internacional de entretenimiento, sino un terreno abonado a la práctica política", justifica el director de programas de la tele pública austriaca, Wolfgang Lorenz, quien parece haberse estudiado el trabajo de Gatherer.

También debe de haber ayudado a esta decisión la anodina historia de la ORF en Eurovisión: solo ha ganado una vez (Udo Jürgens, en 1966, con Merci, Cherie , que vapuleó al Yo soy aquel de Raphael) y se ha llevado tres zeros points (1962, 1988 y 1991). ¿Es coherente la decisión de la ORF? Ante su currículo y la dura realidad de la colusión, quizá sí.

Pero, ¿y TVE, que solo ha ganado dos veces --y de forma harto sospechosa, por cierto-- y que también forma parte del club del triple zero points ? ¿Debería ser coherente con la realidad y evitarnos sufrir la colusiva decepción anual? José Luis Uribarri y Derek Gatherer ya nos dan la respuesta.