Lo que ocurre detrás de las cámaras de TF1, la primera televisión de Francia, ha sido desvelado por cinco periodistas de la cadena privada en un libro escrito de forma anónima para evitar represalias. Tras el seudónimo Patrick le Bel, el relato desvela la connivencia con el poder y el mundo brutal y algo sórdido que se esconde tras del glamur de las estrellas de la información. El volumen lleva por título Señores, señoras, buenas noches, en alusión a las palabras con las que cada día inicia su noticiario Patrick Poivre d´Arvor, el presentador estrella de TF1 y líder indiscutible con 10 millones de telespectadores diarios.

El testimonio de los autores resulta demoledor para este presentador, que es toda una institución en Francia. Poivre d´Arvor, conocido popularmente por sus iniciales --PPDA--, presenta el informativo a última hora de la tarde desde 1987. Director delegado de información de TF1, conduce también un programa semanal sobre libros. El mismo es autor de varias novelas, algunas de ellas éxitos de ventas.

Según el libro, PPDA se comporta como una estrella caprichosa cuyos arrebatos de cólera "destructivos e hirientes" hacen temblar a la redacción. Le presenta además como un perezoso que siempre llega tarde y se limita a "corregir los textos que le escriben los otros". El presentador, de 60 años, aparece como un divo celoso de Harry Roselmack, el guapo periodista que le sustituye en sus libranzas y que hace dos años saltó a la fama al ser el primer negro en un informativo de gran audiencia.

CHAMPAGNE DUDOSO

Pero no son estos aspectos los que más pueden dañar la imagen de PPDA. Aunque se conoce su inclinación ideológica hacia la derecha en sintonía con los directivos de la cadena --TF1 es propiedad del magnate de la comunicación Martin Bouygues, amigo de Nicolas Sarkozy--, el libro revela una entrega poco apropiada para su fama. Escenas como la de PPDA celebrando con champagne la victoria de Sarkozy antes de conocerse los resultados oficiales y de entrar en antena para comunicarlos son poco edificantes.

Poivre d´Arvor es el principal acusado del libro, pero no el único. Las demás estrellas de la cadena tampoco se salvan. Los cambios de orientación de noticias después de que los directivos reciban llamadas del Elíseo están al orden del día. Libération explica que la dirección de TF1 ya busca a los autores.