Grandes gestas femeninas de hoy en día: Espe conquista Madrid y Aida triunfa en México. A la iridiscente animadora de ratomaquias la vimos el domingo (GH: el debate , T-5) tumbada en el césped de la jaula azteca, espatarrada, con gafas de sol y mirando el cielo azul del altiplano. Advertimos que murmuraba alguna cosa. Y temimos, francamente, que estuviese charlando, de nuevo, con Dios. Por fortuna sólo platicaba con una concursante mexicana que estaba a su lado dejándose lamer por el sol, por los mosquitos y por el inmenso placer de no hacer nada. Aida le decía, rotundamente preocupada: "Yo he sido muy controvertida por mi rotundidad. Ahora las mujeres ya no esperan el cortejo de un hombre. Ahora una mujer le da directamente su teléfono al hombre. ¿A dónde vamos a llegar? ¿eh? ¿a dónde?". ¡Ah!, qué inesperada preocupación: la telefonía inalámbrica como problema entre especies. Por fortuna, sus compañeros de jaula pusieron entonces en el pick-up aquel tema tan hermoso, Cielito lindo , que compuso Quirino Mendoza y que cantaba el mariachi Silvestre Vargas, el charro de Tecalitlan. Escuchando el rumor de sus estrofas se fue amodorrando la guerrera. Y de paso, las compañías de teléfonos también lo agradecieron.

En Madrid, casi simultáneamente, la nueva presidenta de aquella comunidad, Esperanza Aguirre, se encaramó al habitual balcón de la calle Génova. Se dio un baño de banderas. Es curioso: por la tele se veían flamear muchas de España. Muchas más aún del PP. Pero sólo vimos una, perdida, a lo lejos, de la comunidad que acababa de ganar: la comunidad madrileña. ¡Qué cosas!

Y mientras Espe disfrutaba, Alberto Ruiz Gallardón le susurraba a Mariano Rajoy: "Muy bien Mariano, muy bien. Esta es la foto de marzo. ¡No lo dudes!". ¡Ah!, qué hermosa ranchera, también, para poner en el pick-up de la jaula ratonera de Guadalix de la Sierra.