Agobiado por el espectacular éxito que logró --especialmente entre el público femenino-- con su papel de El Duque en Sin tetas no hay paraíso, Miguel Angel Silvestre ha optado por desaparecer del primer plano, rechazar las muchas y jugosas ofertas que tenía para seguir en la televisión y centrar su carrera en el cine. Así, el apolíneo actor (finalista del certamen de Míster España del año 2002), ya ha finalizado el rodaje de L´imbroglio nel lenzuolo, con Geraldine Chaplin, y prepara dos nuevos largometrajes, sin perder de vista su sueño: trabajar en Hollywood.