En el cielo nada está bien. Dios (Steve Buscemi haciendo de sí mismo) pasa bastante de todo y se ha decidido a volar la Tierra para concentrarse en su próximo proyecto, un restaurante-isla en mitad del espacio. La única esperanza para la raza humana son dos ángeles, Craig (Daniel Radcliffe) y Eliza (Geraldine Viswanathan, revelación de #Sexpact), que han hecho una apuesta con el Todopoderoso: si consiguen que una pareja de terráqueos muy tímidos dé el paso adelante y se bese, dejará nuestro planeta en paz.

Esa es la delirante a la par que encantadora premisa de Miracle workers, (divina) comedia que TNT estrena hoy a las 22.00 h. (doble capítulo). Comedia entre varios subgéneros, porque además de romántica, es laboral. Aquí el Cielo es una compañía tan gris como la mayoría de compañías, solo que cuando hay recortes de presupuesto, en lugar de despedir a unos cuantos se extingue a algún animal. Todo esto surgió hace unos años de la mente del británico Simon Rich, en la forma de una novela, What in God’s name, cuyo Dios se parecía más a Owen Wilson que a Steve Buscemi. De hecho, fue con él con quien empezó a prepararse la serie. «Al cambiar de actor, hemos tenido que introducir cambios en el personaje», asegura Rich. «Necesitábamos hacer un Dios más buscemiano». Es decir, uno de sus personajes escépticos, desencantados, con su punto entrañable y también su punto homicida.

Lo que no debería hacer nadie es tachar a la serie de blasfema. Si de algo hace sorna Miracle workers, no es de la religión, sino de las ideologías corporativas: «No es una sátira religiosa», apunta Rich. «Tenemos guionistas que vienen de entornos muy religiosos y siempre hemos tratado de ser respetuosos con las creencias de la gente. Para mí es, sobre todo, una comedia existencial en la línea de la novela Guía del autoestopista galáctico de Douglas Adams».

JOVEN PRODIGIO / A sus 34 años, Rich ya ha hecho todo lo que muchos profesionales del humor no soñarían con hacer en una vida. En su penúltimo año en Harvard ya había firmado por dos libros con Random House y, nada más graduarse, entró a trabajar en el Saturday night live; ninguno de sus guionistas ha empezado más joven (24 años).

¿Fue fácil sobrevivir siendo un retoño en una sala de guionistas tan selecta y competitiva? «Estaba aterrado, pero he de decir que todos fueron muy majos conmigo, en particular Colin Jost, Seth Meyers y Paula Pell. Me enseñaron a crear sketches televisivos de principio a fin», dice Rich.