Del eterno miedo al profundo duelo. Scooby-Doo perdió el martes al hombre que en 1969 moldeó su simpática y torpona figura de perro danés. Iwao Takamoto falleció en Los Angeles a los 81 años de un repentino ataque al corazón que puso fin a una carrera en el mundo de la animación que incluye películas como La cenicienta, La bella durmiente o 101 dálmatas. Su muerte llega cuando Tom y Jerry, Los Picapiedra y el mismo Scooby aún lloran la pérdida, el 18 de diciembre, de otro de los personajes más influyentes de este lucrativo negocio: el director y animador Joseph Barbera, la mitad del conocido tándem Hanna&Barbera, que tan buenos ratos televisivos ha hecho pasar a los niños de todo el mundo.

Takamoto, que también creó al personaje de Penélope Glamur de la serie Los autos locos, recibió el encargo de la CBS de crear a Scooby-Doo en un momento en el que no existía nada parecido en la pequeña pantalla. Más allá de las similitudes evidentes que uno podía encontrar con otros canes del show business animado --como Goofy, Pluto o Huckleberry Hound--, lo cierto es que esta producción contaba con el rasgo exclusivo de mezclar fenómenos sobrenaturales con un humor sano y pegadizo.

Scooby-Doo nació en un avión con Frank Sinatra al frente del hilo musical. Uno de los pasajeros era Fred Silverman, jefe de programación de la CBS, que regresaba de una tensa reunión en la que se había decidido no emitir una serie llamada por aquel entonces Who´s scared? (¿Quién tiene miedo?), en la que cuatro jóvenes estudiantes y un perro llamado Too Much iban al encuentro de fantasmas y villanos. Los ejecutivos pensaron que esa propuesta era demasiado aterradora para los niños. El problema de fondo era que la compañía no quería despertar la ira de los férreos organismos de control de contenidos infantiles, sobre todo el Action for Children´s Television, que proliferaron en los años 60 y lograron que muchas series cayeran en desgracia por ser consideradas inapropiadas para los cachorros estadounidenses.

Con todo, y quizás por estar cerca del cielo, Silverman halló la inspiración. El crooner de Nueva Jersey seguía con su recital y era el turno de Extraños en la noche. Mientras cavilaba una solución para la serie, Silverman canturreó con Sinatra la parte final de la canción, en la que suena una improvisación melódica que reza algo así como dooby dooby doo... Un gran ¡eureka! debió resonar entonces en ese vuelo.

Pocas semanas después, Silverman, junto con los guionistas Joe Ruby y Ken Spears y Iwao Takamoto al frente del equipo artístico, presentó una nueva serie --titulada Scooby-Doo, where are you? (¿Scooby-Doo, dónde estás?)-- menos aterradora y más cómica y en la que el perro, que ahora podía hablar, era el protagonista. Se estrenó con gran éxito el 13 de septiembre de 1969. Le acompañarían ya para siempre Fred, Daphne, Velma y el mítico Shaggy, el mejor amigo del gran danés y un creador involuntario de tendencias con su perilla deshilachada. Todos, sin olvidar su camioneta floreada, han logrado que la serie sea, hasta hoy, y gracias al trazo inicial de Takamoto, la serie animada que más capítulos ha rodado. Eso sí, con permiso de Los Simpson.