El próximo 19 de julio, Netflix estrena la tercera temporada de La casa de papel, la serie que nació en Antena 3 y que se ha convertido en un fenómeno tras su salto a la plataforma de streaming y al hacerse con el Emmy internacional al mejor drama. El éxito de la adictiva ficción de los atracadores que asaltan la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre ha hecho que su canción de cabecera, My life is going on, se haya escuchado en medio mundo. Detrás de ella está Cecilia Krull, una cantante de jazz madrileña con una potente voz que lleva desde niña ligada a la música.

Hija de un compositor y pianista de jazz medio francés y medio alemán y con raíces cubanas por parte materna, Krull estaba destinada a subirse a un escenario ya desde antes de nacer. «Me llamo Cecilia por la patrona de la música», explica esta cantante a punto de cumplir 33 años que también ha interpretado las melodías de series como Vis a vis y El accidente.

Su primera experiencia profesional en el mundo de la música fue con siete años, cuando Disney la seleccionó para poner su melosa voz a canciones de viaje, de cuna, como cuentacuentos y actriz de doblaje. De ahí pasó a dar conciertos, sobre todo de jazz, y a experimentar con el hip hop y el rap, hasta que hace diez años el compositor Manel Santisteban la fichó para la banda sonora de una película de Mario Casas, Tres metros sobre el cielo, una experiencia que volvió a repetir en otro filme, Fuga de cerebros 2.

Pero nada comparable a la repercusión que le está dando La casa de papel, que ha hecho que My life is going on acumule más de 190 millones de reproducciones en plataformas y la ha colocado en lo más alto del ranking en Francia, Italia (Disco de Oro en ambos), Brasil, Turquía, Alemania, Grecia, Portugal, Bélgica y Colombia. «Me empecé a dar cuenta de que algo pasaba con la canción cuando me llegaban covers de otros países», explica.

«Para hacerla me inspiré en el personaje de Tokio [Úrsula Corberó], que tenía una historia muy complicada, aunque siempre hay una parte de mi experiencia personal en las canciones», confiesa Krull, a la que no le importa que mucha gente pueda tararear la melodía de la ficción de Netflix pero no reconozcan la cara de su cantante.

«Nunca he tenido la ambición de ser famosa, pero sí de tener éxito en mi trabajo, así que lo que me está pasando es un sueño», afirma la artista, que valora la oportunidad para experimentar que le proporciona hacer la sintonía de una serie o de una película.

«Aunque mis orígenes y mi pasión son el jazz, me considero una cantante versátil. Me gusta jugar con la voz. Y el proceso de creación de una banda sonora es tan bonito y creativo porque, al final, te hace salirte un poco de tus rutinas», reconoce esta joven madre que está viendo cómo su hijo, de tan solo diez años, parece que seguirá con la tradición musical familiar, ya que le «encanta rapear».

El éxito de La casa de papel la ha llevado a una «fase muy creativa de componer canciones nuevas» no solo para series y películas, sino también para su propio proyecto discográfico, que espera publicar el próximo año. El pasado viernes lanzó un nuevo sencillo, Hard, una canción «más pop y muy emocional que habla de lo duro que resulta dejar a alguien atrás». ¿Escucharemos también esta canción en lo nuevo de La casa de papel? «Solo puedo decir que se mantiene la cabecera y habrá alguna sorpresa musical», avanza, mientras reconoce que le «chiflaría» hacer un cameo en la serie.