Entre el apoyo y el miedo a posibles daños en su negocio, Margarita Solís está pensando en secundar la huelga general del próximo miércoles, aunque aún no lo tiene decidido. Propietaria de un puesto de fruta en el Mercado de Calatrava de Mérida, su primer impulso para apoyar el paro responde a la solidaridad con "quienes peor lo están pasando" por la crisis, si bien también comenta que hay un cierto temor en el sector servicios a posibles represalias por parte de los sindicatos a las empresas que abran.

En cambio, su marido, que trabaja en una empresa privada, no tiene previsto secundar el paro para evitar el descuento económico. "Si la cosa está mala, encima como para tirar dinero", asegura. "En principio, ellos van a abrir, aunque si van piquetes, cerrarán las puertas", detalla.