¿Por qué ocurre un accidente? Mucha gente piensa que es una pregunta sin respuesta, pero los equipos de atestados de la Guardia Civil de Tráfico son los encargados de buscarle respuesta. Si el caso es excepcionalmente grave o alguna de las partes implicadas lo solicita, puede reclamarse la reconstrucción del siniestro, un proceso complicado que solo dos equipos especializados de la Benemérita llevan a cabo. Uno de ellos está en la Escuela de Tráfico, en Mérida.

Es el Departamento de Investigación y Reconstrucción de Accidentes de Tráfico (DIRAT), cuyo máximo responsable es el teniente Francisco García Melchor. La investigación de un accidente, explica, comienza en cuanto están atendidas las posibles víctimas (máxima prioridad) y asegurada la zona donde se ha producido el "hecho del tráfico". Es entonces cuando los equipos de atestados (uno por cada demarcación, es decir, cuatro en Extremadura) proceden a iniciar la recogida de pruebas. Su presencia es requerida cuando hay heridos o daños cuantiosos.

Su primera fuente son las personas, tanto las directamente implicadas en el suceso como los testigos, si bien son las menos fiables. Hay que tener en cuenta la tensión y nerviosismo que rodean los accidentes de tráfico, así como la posibilidad de que haya personas que fallezcan o resulten gravemente heridas. Asimismo, los agentes registran todas las huellas posibles, desde las marcas que pueden dejar los neumáticos sobre la carretera a los restos despedidos del vehículo y el estado en que quedan.

En base a la información que registran, emiten su informe pericial, que incluye una propuesta de resolución del accidente. Esta actuación forma parte del trabajo que realizan de oficio y el resultado de su investigación es enviado al juzgado que corresponda, con copia para la Fiscalía de Seguridad Vial.

Recreación del suceso

Cuando el siniestro ha sido especialmente grave o algunas de las partes implicadas (bien directamente en el mismo, bien posteriormente en su enjuiciamiento, es posible solicitar la reconstrucción del mismo. Si ha tenido lugar en Extremadura, Andalucía o la mayor parte de Castilla y León y Castilla La Mancha, se hará cargo de llevarlo a la práctica el departamento especializado que tiene sede en Extremadura.

Sus miembros se encargan de revisar el atestado que en su día realizó el equipo especializado de la Guardia Civil de Tráfico. Además, recopilan nuevos datos (visitan el lugar del accidente, si corresponde) y los introducen en dos herramientas informáticas que, a base de realizadas complejos cálculos físicos, son capaces de determinar incluso la velocidad a la que circulaban los vehículos.

"Cada año llevamos a cabo en torno a una veintena de informes", señala el teniente García Melchor, que explica que, al tratarse de un proceso complejo, tarda mucho tiempo en completare. "Ahora mismo trabajamos con un retraso de un año", y solo en lo que va de año ya han recibido seis peticiones de investigación.