La creación de empleo y la seguridad ciudadana son las prioridades con las que el alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán, afronta su quinta legislatura al frente del ayuntamiento pacense. Así lo aseguró ayer en su discurso tras recibir el bastón de mando de la ciudad --regalo de sus compañeros de grupo-- en el acto de toma de posesión de la nueva corporación municipal, en el que los indignados fueron los protagonistas no invitados con una sonora protesta frente al consistorio.

Los 27 concejales (17 del PP, dos tuvieron que ocupar el banco de la oposición, 8 del PSOE y dos de IU) juraron y prometieron sus cargos, diez de ellos por primera vez.

Celdrán señaló que los 18.000 desempleados de la ciudad merecen que se haga "lo indecible" para que abandonen las listas del paro, del mismo modo que hay que actuar para lograr una "ciudad más segura". El alcalde afirmó que, aunque no son competencias directas del ayuntamiento, colaborará con otras administraciones para paliar estos "dos graves problemas", los que más preocupan a los badajocenses.

No obvió que habrá que hacerlo "casi sin recursos", porque --dijo-- Badajoz se enfrenta a "años muy complicados" a causa de la crisis económica, pero apostó por cambiar "todo aquello que no nos gusta". Celdrán añadió que el trabajo de su gobierno también se encaminará a la recuperación total del Casco Antiguo y su patrimonio y a fortalecer el liderazgo de Badajoz como ciudad transfronteriza. En este sentido, defendió que los grandes centros comerciales en marcha deben ser "la avanzadilla" de otros, a los que deben unirse infraestructuras como la Ronda Sur, el quinto puente o la autovía a Cáceres.

El acto se desarrolló con normalidad, aunque con los gritos de los indignados de fondo. Cuando llegó el turno de elegir alcalde, Celdrán votó en blanco, lo que en su entorno se interpretó como un gesto "de sentimiento" por ser su última legislatura, como él ya anunció. Quizás por eso su discurso fue más emotivo esta vez. Recordó a los compañeros fallecidos, tuvo palabras de cariño para su familia, agradeció la labor a su equipo y se mostró conciliador con la oposición, a la que ofreció diálogo y consenso siempre que Badajoz sea "lo primero".

Tras el acto Celestino Vegas, portavoz del PSOE, recriminó al alcalde que hable de paro y seguridad ciudadana, cuando en la anterior legislatura "no ha hecho nada" al respecto y exigió medidas concretas. Por su parte, Manuel Sosa, portavoz de IU --que junto a su compañero de grupo Felipe Cabezas devolvió la insignia y la medalla que les entregaron-- coincidió en que lo prioritario es crear empleo, pero recordó que no se hace "liberando a 11 concejales", por lo que --dijo-- estarán atentos a las liberaciones que se propongan. (El reparto de áreas se conocerá la próxima semana).

En el exterior, abucheos, pitadas y gritos es lo que escucharon los concejales e invitados. Muy críticos con el gasto en las insignias para la nueva corporación, y ante un importante despliegue policial, los indignados (150, según la policía, y 300 para los convocantes) recriminaron a los políticos que costeen actos de este tipo en la situación actual. Siguieron al alcalde y a su equipo hasta la ermita de la Soledad y después se concentraron frente a las Casas Consistoriales, donde se ofreció el vino de honor. Algunos quisieron acceder al pleno y fueron "vetados" por falta de espacio, por lo que presentarán quejas individuales pidiendo que los plenos sean en un lugar con mayor capacidad para que puedan asistir los ciudadanos.