La relación de José Larrasa con la universidad extremeña es anterior a su aventura empresarial, que comenzó en el 2002 tras defender su tesis en la Facultad de Veterinaria de Cáceres, donde se formó como veterinario. En sus laboratorios, instalados en la localidad pacense de Jerez de los Caballeros, trabajan seis personas que ofrecen servicios de diagnóstico veterinario y elaboración de autovacunas además de un servicio agroalimentario.

Larrasa considera "muy rentable contratar investigación en la Universidad de Extremadura" razón por la que ha repetido y ya va por el tercer contrato firmado con la institución académica. Y lo considera rentable por dos motivos: "Tienen conocimientos que nosotros no tenemos y que para alcanzarlos habría que invertir tiempo y formación del personal, y cuentan con una infraestructura tecnológica adecuada". Por ello confía en el grupo que dirige Alberto Quesada, del departamento de Bioquímica y Biología Molecular, con el que estudia la resistencia a enfermedades animales desde el punto de vista genético, centradas principalmente en el ganado porcino y bovino. "Para saber por ejemplo por qué si 25 animales contraen una misma enfermedad, solo se mueren 10, explica Larrasa. Este laboratorio financia el cien por cien de la investigación, de la que esperan obtener resultados en tres años. La inversión que hacen es de aproximadamente 35.000 euros anuales. "En el laboratorio hacemos los análisis, pero nosotros no sabemos interpretarlos por lo que encargamos esa tarea a la universidad". Una estrategia que también utiliza con otros centros de investigación como el departamento de Genética de la Universidad de Córdoba o el Centro Nacional de Genotipado.