La clausura de la planta de almacenamiento y llenado de butano de Mérida abre un mar de dudas entre los implicados. Los sindicatos se preguntan por qué cierran esta planta y no otras, los trabajadores de la factoría se cuestionan por el futuro de sus empleos, la empresa transportista (Tuexa) se plantea en qué medida reforzará su flota para hacer frente a los cambios que se avecinan y los distribuidores si podrán garantizar el suministro en los meses de invierno.

Mientras Repsol calla, los distribuidores de la región solo garantizan el suministro si se les permite incrementar el volumen de almacenamiento de botellas y se refuerza la flota de camiones de la empresa que les distribuye el gas desde la planta de Repsol en la región.

En Tuexa echan números de los costes derivados del cierre: "si ahora con un camión puedo hacer cinco viajes en un día para llevar botellas desde Mérida a Badajoz, con el cierre de esta factoría requeriremos cinco camiones para hacer el mismo servicio", vaticina Javier Rodríguez. La empresa opera actualmente con 15 camiones y otros tantos conductores, con los que ya traen ocasionalmente botellas de las factorías de Pinto (Madrid), Puertollano (Ciudad Real) y Huelva, de las que pasará a depender íntegramente la región tras el cierre.

Refuerzo de camiones

Esta relación de dependencia es el principal problema para Tuexa, sobre todo si como baraja la multinacional, la clausura se produce antes del inicio de la próxima campaña de invierno (octubre o noviembre) puesto que la flota actual será insuficiente para garantizar el suministro a las distribuidoras que llevan el producto a los hogares.

Lo único que saben con certeza es que es que el cierre se producirá a más tardar en mayo del 2008 por lo que ya preven reforzar la flota con cinco camiones más para empezar traer más producto de las otras tres plantas suministradoras. "Pero si se clausura en octubre necesitaría quince para hacer frente al incremento del consumo en esas fechas, lo que supone un desembolso cercano a los dos millones de euros", afirma. En todo caso Rodríguez descarta que esto pueda suponer un encarecimiento de la botella porque puesto que la empresa factura en función del kilometraje.

El mutismo de Repsol sobre si emprenderá algún tipo de acción para ´ayudar´ a la distribuidora a acercar el producto a la región abre aún más dudas a la hora de garantizar el suministro de butano y propano en la región de cara a los meses de invierno.

Los pequeños distribuidores a los que Tuexa suministra las botellas, pueden garantizar el abastecimiento siempre que la Consejería Industria les autorice a incrementar el volumen de almacenamiento, tal y como permite el código técnico aprobado en septiembre del 2006 y que regula la actividad. Según este reglamento, los almacenes de la región --de primera y segunda categoría mayoritariamente-- pueden albergar entre 25.000 y 200.000 toneladas de gas según su categoría, aunque no todos cuentan con ese volumen ni es previsible que les autoricen a tenerlo por su proximidad a núcleos urbanos.

Por este motivo, el presidente de la Asociación de Distribuidores de Gases Licuados en Badajoz, Antonio Ramos, reconoce que existe preocupación en el sector ante el temor de que el cierre sea en octubre ya que los problemas de suministro surgen cada invierno con el incremento del consumo y podrían agravarse este año pierden el depósito de Mérida. "Y eso que hay un contrato por el que Repsol se compromete a servirnos los pedidos en un plazo máximo de 48 horas".

Por eso, "si todos los años tenemos problemas puntuales de abastecimiento teniendo esta planta en la región, ¿qué pasará si los camiones que nos tienen que abastecer desde alguna de las otras tres plantas se encuentran en la carretera con los problemas típicos de nevadas o heladas", se pregunta.