"De las personas admiro la humildad, la sinceridad, el buen humor y la inteligencia". Tal vez lo dice porque son las cualidades que la siguen caracterizando y porque a pesar de estar viviendo en una auténtica nube de éxito profesional no ha permitido que sus pies dejen de tocar el suelo, ni su corazón sus raíces.

Nacida en el seno de una familia humilde (en Valencia de Alcántara --Cáceres--, el 13 de septiembre de 1982), para Soraya Arnelas sus padres --él pintor de profesión, y ella asistenta en una residencia de ancianos-- continúan siendo el principal punto de apoyo en una vida que ahora se mueve a velocidad de vértigo: la del mundo del arte y el espectáculo. "Siempre trato de ser creíble y natural, ser la que siempre he sido, normal y corriente; no hago un papel ni voy dando una imagen que no es", ha defendido desde que en el 2005 saltó del anonimato a la fama gracias a Operación Triunfo.

Siempre tuvo claro que su sitio en este mundo estaba en las alturas. Por eso, tras superar su etapa colegial en el centro concertado Nuestra Señora de los Remedios y alcanzar el Bachillerato, dejó los estudios para buscar nuevos horizontes. Su paso por la radio local de Valencia de Alcántara, Radio Frontera, corrobora su carácter abierto. Su posterior periplo por distintos países extranjeros, en los que aprendió idiomas y nuevas culturas, constatan la madurez que tenía con apenas 20 años.

Pero sus miras seguían apuntando al cielo. "Vivo de mis ilusiones", repite aún. Por eso se convirtió en azafata de vuelo. Primero pasó por Iberworld Airlines y después por Air Madrid. Eso le permitió seguir conociendo mundo, aunque ya es una profesión que ha dejado en el limbo: "Cada cosa tiene su momento. Me dio mucha vida pero ahora pienso en otras cosas. --Si las cosas van mal en la música-- creo que me buscaría una oficina, un trabajo tranquilo y cerca de casa. No volvería jamás a ser azafata, es muy duro".

El vuelco de su vida

Soraya había soñado en muchas ocasiones en convertirse en una estrella de la canción, pero igual que sus amigos aspiraban a jugar en el Real Madrid o en el Barcelona; es decir, por las noches mientras dormía o cada tarde mientras escuchaba sus discos preferidos: desde Ryan Paris a Kylie Minogue, pasando por Evanescence o Bon Jovi.

Su poderosa voz fue un arma escondida. Aprendió a tocar la guitarra y el laud, formó parte de una tuna e incluso se inició en el piano. Hasta que llegó la oportunidad de colmar sus aspiraciones: llegar a ser cantante gracias a la participación en Operación Triunfo 2005. Allí el raudal de emociones que trasmitía sobre el escenario despertó la admiración del jurado, los profesores y el público. Y así, sin conseguir ni una sola vez ser la preferida de los espectadores --tampoco estuvo nominada para salir de la academia--, llegó a la final, que perdió en una ajustada votación frente al canario Sergio Rivero.

Su proyección no pasó desapercibida para los productores. A finales de ese año publicó su primer disco, Corazón de fuego , con el que superó las 100.000 copias vendidas. Mayor éxito cosechó con su segundo y su tercer trabajo, Ochenta´s y Dolce vita , dos recopilaciones de grandes canciones de la historia de la música con un claro toque dance . Y antes de convertirse en la representante española en Eurovisión 2009 sacó al mercado Sin miedo , con el que recorrerá media España --con varios conciertos en Extremadura-- este verano.

Amante de la naturaleza, del deporte y del colacao, Soraya siempre encuentra un hueco para volver a su casa, a su tierra, por la que muestra una pasión infinita. "Siempre llevo a Extremadura en el corazón", subrayó el pasado 8 de septiembre al recibir la Medalla de Extremadura. De ahí su emoción al interpretar el himno extremeño durante la ceremonia por el 25 aniversario del Estatuto de Autonomía y la Asamblea regional, que haya promocionado a Marca Extremadura por toda España, que no quisiera perderse el primer partido de la selección extremeña de fútbol, en Badajoz en el 2007, o que reconozca que uno de sus amuletos en Moscú será una bandera autonómica.

Quienes la conocen o simplemente han podido saludarla, dicen que es simpática y jovial. Pero sobre todo, destaca su carácter y personalidad: "Todo trabajo y sacrificio tiene recompensa. A veces los sueños se hacen realidad. Sólo hay que luchar por lo que uno quiere. Por eso cuando me vuelco en algo lo hago al 100%". Hoy Soraya luchará por otra meta, ganar Eurovisión: "Si no lo logro no pasa nada; el esfuerzo es lo importante".