De acuerdo, por necesario, se muestra el fiscal delegado de Seguridad Vial en Extremadura, Javier Montero, con la reforma penal en materia de tráfico. Considera que el endurecimiento de penas "está justificado, pues considero que no hay suficiente conciencia entre la mayoría de los conductores del riesgo que suponen ciertas conductas al volante".

Aunque desde la Fiscalía del TSJEx se viene ya desde hace tiempo actuando con la máxima dureza en los casos de delitos contra la seguridad del tráfico, "hemos llegado incluso a pedir prisiones preventivas, que los jueces han ordenado", Montero asegura que con la entrada en vigor de la reforma van a ser aún más duros. "Por parte de la fiscalía vamos a cumplir escrupulosamente la Ley y no nos va a temblar el pulso a la hora de pedir penas de prisión y privaciones del permiso de conducir largas, e incluso retiradas".

Especialmente rigurosos y duros a la hora de pedir penas de prisión lo serán, añadió, ante hechos que hayan puesto en serio peligro la seguridad del tráfico o la vida de personas; y en los casos de reiteración delictiva, "ya que las estadísticas reflejan que en esta materia son frecuentes los reincidentes". Y lo que es seguro, pues así lo están haciendo ya, es que siempre "se pedirá prisión para los conductores que cometan un homicidio imprudente e incurran en la omisión del deber de socorro".

En el caso de la conducción alcohólica Montero considera "muy grave, preocupante, que los imputados por alcoholemia o conducción bajo los efectos de las drogas suelan declarar que estaban bien para conducir, pues prueba la poca conciencia que hay sobre estos delitos". Es por ello que ve justificado endurecer las penas en estos casos, "para conseguir que seamos conscientes de que sobrepasar ciertos límites, de velocidad, de alcohol..., supone una violación de un bien jurídico como es la seguridad del tráfico, además de un riesgo gravísimo contra la vida y los bienes".