«No hay montería si no hay rehala». Es la reivindicación de los rehaleros en defensa de esta actividad que, junto a la montería también, ha iniciado los trámites para convertirse en Bien de Interés Cultural en la categoría de Bien Inmaterial (el mismo que ya ostenta, por ejemplo ‘A Fala’ desde 2001). El proyecto, con más de 300 páginas y redactado por un equipo de antropólogos de la Universidad de Elche, se presentó a finales de 2017 y resalta que se trata de «un patrimonio vivo y un legado que se transmite de generación en generación».

La Consejería de Cultura está tramitando el expediente desde finales de 2017, que se encuentra en fase de solicitud de información complementaria a la Federación Extremeña de Caza, como promotora de la declaración. El colectivo debe aportar más documentación después de un informe inicial negativo basado «en la dificultad de considerar estas actividades como representativas y parte de la identidad extremeña», subrayan fuentes de la consejería.