Un estudio antropológico sobre la familia estándar española muestra que ésta se compone de abuelos, hijos y nietos. Los abuelos, que también se pueden considerar padres, no suelen hablar bien español, aunque la esposa o abuela, en ocasiones, chapurrea el griego.

El varón o abuelo tan solo se ocupa de la caza, mayor o menor, por lo que no precisa cultivar habilidades complejas. En cuanto a los hijos, que según se mire pueden ser también padres, por lo general, suelen ser tres. El varón normalmente recuerda mucho a su padre. Suele convivir con una mujer de otro clan, que no hace más que tener niñas para ver si se pelean con sus primos.

Las hermanas del citado varón son también hijas y madres, y se consideran hembras. Por lo general una es muy lista y la otra muy tonta. Aunque un estudio más a fondo ha demostrado que ambas son bobas y terriblemente antipáticas. Una de ellas, podría, estar divorciada de un caballero, aunque en algunos casos puede tratarse de un muñeco de cera.

La otra, en cambio, suele convivir con un macho dominante de muy mala reputación. En cuanto a los nietos, que también se pueden considerar hijos y primos, generalmente tienen muchos nombres y son educados en el arte de la guerra. Por eso algunos tienen los pies destrozados. El estudio concluye que la familia estándar española es holgazana, conflictiva y anacrónica.