Padres indefensos

Un proceso de separación es casi siempre lacerante en el que todas las partes pierden --cónyuges e hijos-- es una partida en la que nadie gana. La sensación de frasco te abruma, has de litigar con alguien a quien has amado, con quien has hecho proyectos y finalmente sabe dios por qué causas, ese mundo idílico se rompe. Es este cambio especialmente duro para los padres que observan con indefensión cómo se les despoja de casi todo y cuyo único papel es la asunción del expolio. Nos quedamos sin casa, con una nómina raquítica y lejos de tus hijos. Si eres un padre sin recursos y no puedes pasar la manutención, no pasa nada, la Administración se evade, invocando el ¡sálvese quien pueda! Y le toca a la madre sostener su hogar recurriendo a padres, amigos, hermanos... y como Pilatos la Administración se lava las manos. Pero si tienes una nómina, entonces ya puedes empezar a rezar lo que sepas.

Del mismo modo que se aplica la ley con escrupulosidad al padre que dispone de recursos, ¿por qué a las madres que no cuentan con un exmarido solvente se las deja tiradas en la estacada?, ¿por qué a esos padres que no cumplen no les pasa nada? Es una situación claramente injusta que vulnera los derechos más elementales como es el de procurar una vida digna para esa madre e hijos.

Entre todos hemos de velar para que situaciones tan indignantes no se repitan. Se me ocurre que parte del dinero destinado a la pensión alimenticia pase a engrosar un fondo de compensación para paliar esas desigualdades que deberían ruborizarnos. No digo que los padres paguemos menos, sino que paguemos todos y sobre todo que se gestione mejor.

Juan Carlos López Santiago **

Jaraíz de la Vera