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Carta al director

El acoso escolar

En el Día Internacional contra el Acoso Escolar no solo debemos recordar la violencia que sufren en sus carnes los alumnos tanto en los centros educativos como fuera de ellos merced a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, el llamado ciberbullying, sino que la violencia que los menores pueden ejercer es un espejo de las relaciones de poder ejercidas en la sociedad y en el seno de algunas familias, en donde la violencia es la moneda de cambio.

Al tratarse de un problema estructural la solución no debería limitarse exclusivamente a los centros educativos y a la relación entre acosado y acosador, la solución de este terrible abuso de poder debe involucrarnos a todos. Los progenitores debemos educar a nuestros hijos en el tú y no en el yo, es primordial enseñar a nuestros hijos a ponerse en el lugar del otro, en tener siempre en cuenta los sentimientos del otro, a fin de cuentas de empatizar; muchas veces nos reconocemos como rivales en vez de como cooperadores. La responsabilidad parece que ha desaparecido de nuestro vocabulario y su lugar ha sido ocupado por los derechos, hablamos demasiado de derechos, nadie quiere asumir obligaciones y por último si añadimos una buena dosis de ejemplaridad quizás estemos dotando de unas buenas herramientas a nuestros pequeños. Muchas veces los centros educativos y los progenitores no vamos de la mano, el hogar ya no es una escuela.

Poco a poco delegamos nuestra responsabilidad como padres y madres en la peligrosa combinación de internet y la falta de control.

No se puede adoptar una actitud aséptica ante esta lacra que nos afecta a todos, para educar a un niño se necesita a la tribu entera.

Por ello, las sanciones deben ser ejemplarizantes, volvemos a la responsabilidad, nunca debería ser solución que el acosado abandone el centro educativo. Además los profesores no deberían verse en una situación de desamparo por el legislador, a veces las leyes son como las telarañas que atrapan a los bichos pequeños y dejan pasar a los grandes. Tampoco deberíamos dejar en una tierra de nadie a los acosadores, necesitan también de nuestra atención, en caso contrario esas pautas que ha aprendido en torno a las relaciones de poder y la violencia terminarán como hábito, dispensándolas a quienes interactúen con ellos.

En el Día Internacional del Acoso Escolar padres y madres, docentes e instituciones no deberíamos de olvidar que la educación es la única vacuna contra la violencia.

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