Nuestro Ministerio de Educación ya está trabajando en el nuevo currículo que debiera entrar en vigor entre el curso 2022/23 y el siguiente, para ello ha mandado a las comunidades dos documentos como punto de partida para las oportunas valoraciones a las comunidades autónomas.

Para su elaboración y según se indica, se ha tenido muy en cuenta la Recomendación del Consejo de la Unión Europea de 22 de mayo de 2018 relativa a las competencias clave para el aprendizaje permanente, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, especialmente en su objetivo 4: Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida de todos y los acuerdos adoptados en la reunión informal de los Jefes de Estado o de Gobierno de Gotemburgo, en noviembre de 2017 “Refuerzo de la identidad europea a través de la educación y la cultura”. En principio se pretende europeizar nuestro sistema educativo buscando puntos de encuentro con otros países.

Son dos los documentos enviados, “Perfil de salida del Alumnado al término de la Educación Básica”, las competencias que deben haberse logrado al finalizar la Educación Primaria y la Ed. Obligatoria, y “Propuesta de estructura curricular para la elaboración de las enseñanzas mínimas”, el esqueleto, competencias y aprendizajes generales que son preciso garantizar en cada una de las competencias específicas, áreas o materias, y los criterios de evaluación de las primeras, ahora llamados descriptores operativos.

Las nuevas competencias que deben desarrollarse en cada área o materia, son ocho:competencia en comunicación lingüística, plurilingüe, matemática y ciencia y tecnología (STEM), digital, competencia personal, social y de aprender a aprender, ciudadana, emprendedora y competencia en conciencia y expresión culturales. Cada competencia tendrá tres dimensiones: la cognitiva o conocimientos; la instrumental o destrezas y la actitudinal o actitudes.

Hasta aquí y muy brevemente, un pequeño esbozo de lo escrito, luego está el sentir no escrito pero trasmitido verbalmente. El sentir es que el nuevo currículo potencie la autonomía curricular de los centros adaptado a la realidad de sus alumnos, descargar un currículo sobrecargado o permitir hasta dos docentes por aula.

Debo reconocer que por ahora tiene buena pinta el currículo que viene, entre lo escrito y lo dicho, aunque para esto último disculpen que me aferre al Latín, “Verba volant scripta manent”, las palabras vuelan y lo escrito permanece.

* Maestro