A la espera de lo que pueda saberse mañana, cuando todas las cartas se pongan boca arriba y sobre la mesa, el PSOE de Badajoz anda revuelto después del zarandeo de esta semana. La calma chicha que vivía el partido se vio interrumpida de repente el pasado jueves cuando se supo que el alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, y la consejera de Igualdad y portavoz del gobierno regional, Isabel Gil Rosiña, iban a presentar una candidatura alternativa a la secretaría provincial del partido, una cuestión que pone patas arriba a la organización y obliga a desarrollar un proceso de primarias.

Nadie sabía nada y, como se conoció más tarde, el propio Fernández Vara se enteró esa misma mañana de la jugada cuando los dos protagonistas le pidieron audiencia para comunicarle sus intenciones. Fue una sorpresa para todos, lo que provocó una jornada de correveidiles, llamadas y mensajes de Whatsapp. Y es que al no haber alternativa regional a Vara, todo el mundo daba por hecho la misma situación en los feudos provinciales con Rafael Lemus en Badajoz y Miguel Ángel Morales en Cáceres. Claramente se apostaba por la continuidad de estructuras y se dejaban atrás guerras internas pasadas cuando el partido tuvo que decantarse entre susanistas y sanchistas, aparato o militancia.

Pero mira tú por dónde sí había alternativa, no así contra Fernández Vara, incontestable por otra parte, sino contra Lemus, uno de sus validos, de perfil más orgánico y, por consiguiente, con amplio poder dentro de la organización.

Aún no se conocen las intenciones de Osuna y Gil Rosiña ni los motivos para iniciar este viaje. Se espera que mañana lunes, en la presentación de la candidatura en Badajoz, den a conocer algunos pormenores, así como los apoyos con que cuentan, pero supone iniciar una partida cuyo final resulta una incógnita. Las primarias, como diría Alfonso Guerra o Rodríguez Ibarra, las carga el diablo, y aunque es verdad que son sanas y democráticas, dado que suponen darle voz a la militancia de verdad a la hora de elegir a sus dirigentes, suponen un melón por abrir cuyo interior puede decantar la balanza en uno u otro sentido por un solo voto. Antes en los congresos del PSOE obtener un porcentaje de votos significaba entrar en la ejecutiva con ese mismo porcentaje de representación aunque se perdiera frente a otro candidato; ahora quien gana las primarias se lo lleva todo y quien pierde nada. Que le pregunten a Pedro Sánchez con cuántos susanistas contó para su ejecutiva federal tras su último congreso.

Las primarias suponen un melón por abrir cuyo interior puede decantar la balanza en uno u otro sentido

Cabe recordar que Rafael Lemus ganó hace cuatro años también con primarias. Obtuvo el 55% de los votos frente al 44% que logró su adversario: el alcalde de Villanueva del Fresno, Ramón Díaz Farías. Era la segunda vez que le ganaba, aunque esta vez por bastante más porcentaje dado que la anterior apenas les separaron 15 votos. Habrá que saber ahora con quién está Díaz Farías, que aún no ha dicho nada, así como sus correligionarios, que los tiene, para determinar los apoyos de Lemus y los de sus contrincantes, porque al final no son tantos los militantes llamados a votar: en 2017 hubo 6.075 con derecho a voto y acudió el 70%. 

El panorama se presenta interesante las próximas semanas y deberemos estar atentos a todos los frentes, pero sobre todo a la provincia de Badajoz donde los secretarios locales tendrán que optar entre uno u otro bando, un posicionamiento que también podrá conllevar cambios futuros. Y mientras tanto antes se desarrollará el congreso regional, un paseo triunfal para Vara que, sin adversarios, tendrá que fijar su ejecutiva y los futuros líderes del partido, esos que no hay que olvidar algún día uno de ellos tendrá que sucederle. Hay quien sostiene que la operación de Osuna y Rosiña va en esta clave, posicionarse cara a la sucesión, pero a Vara cuanto menos le quedan dos años de mandato y en un encuentro con periodistas el lunes pasado dijo a las claras que, de encontrarse bien de salud como ahora, iría nuevamente como candidato. A saber.