El Periódico Extremadura

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Saturnino Acosta

encerado y clarión

Saturnino Acosta

Ser y parecer

Por desgracia y en todos los ámbitos, los hechos no importan, ni las verdades

Quién se lo diría a César, Julio, sobre Pompeya, su entonces esposa, de la que tuvo que divorciarse, que no Claudio y Mesalina, como dice la cultura popular, cuando como describe Plutarco, que la explicación de su divorcio estaba fundamentado en que «La mujer de César debe estar por encima de toda sospecha». Realmente el motivo no era ese, pues no hubo relación entre Pompeya y Clodio, el supuesto tercer actor, el motivo era simplemente parecer y no ser, pues al entonces todavía no emperador romano, esa decisión le permitía reforzarse en sus aspiraciones políticas como ejemplo de ejemplaridad, valga la redundancia. Daba igual que fuera cierto o dejara de serlo, que hubiera ocurrido o no, incluso que supiese que no había ocurrido, y que dejase a su esposa bajo la sombra de la duda, lo importante eran sus aspiraciones.

Disculpen el tostón histórico, pero viene muy al caso, tanto de ida como de vuelta. Por desgracia y en todos los ámbitos, los hechos no importan, ni las verdades, ni lo que se hace ni lo que se deja de hacer, lo importante es parecerlo y especialmente si con eso consigo mis aspiraciones, políticas o de cualquier otro ámbito, o tapar errores con una huida hacia delante, aunque traicione a Pompeya, y miles de Pompeyas, lo importante es parecerlo aunque no se sea, y no truncar mi ascenso.

Uno que no es de esa condición, pero que además le repudia y la critica, observa absorto como de un tiempo a esta parte la verdad y los hechos, la legalidad y el derecho, judicial, constitucional, y el que más duele, el coloquialmente conocido como «actuar por derecho» importan poco, sólo importan los votos y las aspiraciones, personales o institucionales.

Cuántas veces hemos escuchado a los grupos políticos, y por desgracia no sólo a ellos, criticar medidas o proposiciones que previamente habían votado a favor o en contra, y que por ello no salieron o aceptadas o rechazadas, dependiendo del caso, y que han dañado a quienes no tienen culpa, que engañados, han confiado en el parecer pero que desconocían el verdadero ser, previo, pues siempre el parecer es después del no haber sido, por eso se parecer aunque no se sea. 

Útimamente esta pandemia institucionalizada, suele ser práctica habitual no solo en la política, en todos los ámbitos, y que contrariamente a no sólo a ser denunciada, o simplemente cuestionada, sólo es aceptada y seguida por una ciudadanía que sólo se queda en la publicidad, en las redes, en los titulares o en las apariencias, sin cuestionarse lo más obvio, cuándo, dónde y cómo.

A estas alturas alguno se preguntará si estoy hablando del sexo de los ángeles. No, para nada, a buen entendedor pocas palabras, pero no se fíen de los titulares que sólo aparecen cada cuatro años, gobierne quien gobierne, pero casi siempre es quien gobierna o lidera, quizás sea usted o ustedes, las Pompeyas de un tal Julio.

*Presidente de ANPE Cáceres

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